CRONOLOGIA DE LA INDUSTRIA DEL GAS
En 1824, Experimentalmente y en conmemoración del 25 de mayo se ilumina la Pirámide de Mayo con farolas alimentadas a gas manufacturado. 1827. Se ilumina la sala de lecciones de química, en la cátedra de esa especialidad, que se dicta en Buenos Aires. 1853 La Legislatura de la Provincia de Buenos Aires autoriza al PE a contratar el alumbrado de la ciudad por medio del gas. 1854 El 11 de mayo se firma el contrato para que la firma Jounet Hnos. ilumine la ciudad con gas. 1855 Los Hermanos Jounet negocian con la Sociedad "Compañía de Gas de Buenos Aires", la que adquiere los derechos originalmente otorgados a Jounet Hnos. 1856 En enero y mediante la utilización de "conductos de lozas de barro" comienza a circular el fluido para alumbrado hacia las primeras casas particulares, cercanas a la Plaza de Mayo. 1864 Comienza a funcionar la "Empresa Usinas del Oeste", de origen argentino. 1870 la concesión pasa a la "Compañía de Gas Argentino" que atiende el suministro de alumbrado particular en las zonas de Once, Almagro y Flores. 1866 La "Compañía de Gas de Buenos Aires" se reorganiza con el nuevo nombre de "Sociedad Anónima de Iluminación a Gas". 1872 La Municipalidad decide licitar el servicio público de iluminación firmando contrato con la compañía "Consumidores de Gas Carbónico", empresa de capitales argentinos, la que a partir del 25 de mayo de 1874 comienza su tarea de alumbrado público. 1873 La "Compañía Primitiva", atiende 2200 faroles de alumbrado. La "Compañía de Iluminación a Gas y Coke de Belgrano", de origen inglés, atiende 300 faroles callejeros en el barrio de Belgrano. Pasa luego a llamarse "Compañía de Gas de Belgrano Limitada". 1887 Inicia sus actividades la "Sociedad Usinas Cooperativas del Oeste", con sede en el barrio de San Cristóbal. La compañía "Consumidores de Gas Carbónico" cuenta con 240 km de canerías; ante los crecientes compromisos se asocia con capitales británicos, convirtiéndose en "Compañía de Gas de Buenos Aires Limitada" y al año siguiente en "Compañía de Gas Buenos Aires Limitada (Nueva)." Paralelamente se fusiona la "Sociedad Usinas Cooperativas del Oeste" con la "Compañía de Gas Argentina". 1890 En esta última década del siglo la ciudad de Buenos Aires tiene cuatro empresas dedicadas a la industria del gas para alumbrado. 1. "Compañia Primitiva de Gas de Buenos Aires" (anteriormente denominada "Compañía de Gas de Buenos Aires"), con establecimiento productivo en Retiro. 2. "Argentina de Gas", con usinas en las calle Rivadavia entre Maza y Boedo. 3. "Compañía de Gas de Buenos Aires Limitada (Nueva)", con fábrica en Regimiento de los Patricios y Magallanes. 4. "Compañía de Gas de Belgrano", con establecimiento en las calles Blanco Encalada y Once de Setiembre, en Belgrano. 1897 La "Compañía de Gas de Belgrano" se fusiona con la "Compañía de Gas Argentino", pasando a denominarse "Compañía de Gas del Río de la Plata Limitada". 1909 El 30 de junio se firma el contrato de concesión por veinte (20) años entre la "Compañía Primitiva de Gas" y la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires. La firma de este contrato provoca la fusión de las tres compañías productoras de gas de Buenos Aires. La "Compañía de Gas del Río de la Plata", la "Compañía de Gas de Buenos Aires Limitada (Nueva)" y la "Compañía Primitiva de Gas de Buenos Aires" se unen adoptando el nombre de esta última. 1919 La Municipalidad cancela todo tipo de contrato de iluminación pública con la "Compañía Primitiva de Gas", lo que hace que esta empresa impulse el uso del gas como combustible hogareño. 1940 Vence la concesión de la "Compañía Primitiva de Gas", la que atiende a la fecha menos de 200.000 usuarios. 1945 El 5 de marzo se firmó el decreto de Nacionalización del Gas y el gobierno nacional -a través de YPF- tomó posesión de las instalaciones de la Compañía Primitiva de Gas de Buenos Aires Ltda., de capitales ingleses 1945 Decreto Nº 22.389 del 20 de setiembre de 1945. Nueva estructura para la Dirección Nacional de la Energía. 1946 El 1 de enero Juan Domingo Perón crea la Dirección Nacional de Gas del Estado en forma independiente a la petrolera estatal, siendo su primer director el ingeniero Canessa. 1947 El 1 de enero de 1947 el presidente Perón y Julio V. Canessa soldaron el primer caño de un gasoducto que iría de Llavallol a Comodoro Rivadavia. 1949 El 29 de diciembre se inaugura el gasoducto de 1605 km, uno de los más largos del mundo en su momento. 1992 El 28 de diciembre deja de existir Gas del Estado. Comienza la privatización del servicio. Nacen las empresas Metrogas, Gas Van, TGS, TGN entre otras.
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El origen de una gesta
El 1520 el navegante portugués Fernando de Magallanes dejó testimonio de los fuegos, que desde su nave, veía en las costas de lo que hoy se conoce como las provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego de la Argentina. Durante mucho tiempo se habló de la tierra de los fuegos eternos. Día y noche surgían de las entrañas de la Patagonia lenguas de fuego que no eran otra cosa que llamas espontáneas de reservas gasíferas surgentes que se avivaban por la acción de rayos o por la pericia de los nativos que ya usaban el gas para calentamiento, alumbrado y cocción de alimentos. Trescientos cincuenta años después, la Argentina sufrió los vaivenes de un mundo que avizoraba transformaciones profundas. La revolución industrial y el ascenso de las burguesías al poder económico y político, dio forma y contenido a la expansión capitalista con las drásticas consecuencias que los cambios imponían y las firmes necesidades sociales que exigieron la transformación de los medios de producción. El capitalismo, en todas sus circunstancias, necesitó poseer, explotar y transformar los recursos energéticos para propulsar la gran maquinaria que desde mediados del siglo XIX requirió el sistema industrial como el vapor de agua, el carbón, el gas manufacturado, el petróleo y sus derivados y el gas natural después.
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Los pioneros
La Patagonia Argentina a comienzo del siglo XX era una extensión de tierra casi sin habitantes. Los pueblos originarios fueron recluidos en reservas aislándolos de la sociedad “civilizada”. La obtención de lana ovina llevó a la creación de grandes latifundios en su mayoría ingleses en medio de la nada misma. Los sistemas de transporte eran a través de barcos entre puertos en su mayoría regenteados también por comisionistas de origen británico. La esquila y la exportación de lanas necesitaban de establecimientos cerca del mar para su rápido embarque. El agua era buscada, no sólo para su uso doméstico, sino para el industrial. A mediados de 1903 arribó a Comodoro Rivadavia una máquina perforadora. ¿Pero sólo agua buscaba? Eso creyeron los ingleses dueños de los establecimientos. Todos los intentos parecían fracasar cuando los hombres a las órdenes del ingeniero Enrique Hermitte llegaron a los 172 metros de profundidad sin resultados y se dio por terminada la tarea. Pero Hermitte no se dio por vencido y en 1906 envió una nueva máquina para reiniciar las perforaciones. La historia parecía estar cambiando. Instalaron la maquinaria a unos tres kilómetros al norte de la ciudad previo estudio de los suelos. En marzo de 1907 comenzó a perforar. Pasaron varios meses de infructuosos intentos. Se llegó a los quinientos, pero el agua que esperaban los estancieros no brotaba. Entonces los ingenieros dieron orden de “más abajo” arriesgando vidas y máquinas. El 12 de diciembre de 1907 comenzó a salir un líquido aceitoso, burbujeante, con olor a kerosene. En la mañana del día 13, el equipo continuaba perforando y al llegar a los 540 metros de profundidad comenzó a surgir una materia negra y viscosa. Inmediatamente se comunicó, vía telegráfica, la novedad a Buenos Aires. Ese día cambió la historia económica, política y social de la Nación. Prontamente se alertaron los capitalistas internacionales al observar de cerca el accionar de una parte de la intelectualidad científica argentina, fundamentalmente a hombres como los ingenieros Hermitte y Huergo que se hacían escuchar de esta manera: “Debemos sostener y defender la intervención del Estado en la investigación y valorización de nuestros yacimientos, en particular los de Comodoro Rivadavia” Desde la Dirección General de Minas, Geología e Hidrología, Hermitte ordenó reservar para el Estado Nacional la explotación de 200 mil hectáreas invocando la Ley de Tierras. Muy a pesar de eso, en 1910 se sanciona la ley 7.059 reduciendo a 5 mil las hectáreas reservadas para el Estado y el resto quedó a disposición de las inversiones extranjeras. Quienes más reservaron fueron las empresas inglesas (Argentine Gulf OIL) interesadas en la exportación carbonífera a la Argentina, que sostenía su industria con el 95% a base del carbón inglés. Desde aquel lejano y remoto sur patagónico nació una incipiente industria con sus días de apogeo, de lucha, de gloria y también de amarguras. No fue una casualidad, no fue buscando agua que se encontraron con petróleo. Eran las ideas de hombres comprometidos con la soberanía energética que inauguraban un ciclo que tendría otros protagonistas, entre ellos, personalidades de la ciencia, militares, inclusive de la política, algunos de los cuales llegaron a ejercer la primera magistratura del país. Pero a partir de la mitad del siglo XX los trabajadores sindicalizados comenzaron a ser parte fundamental de esta historia, parte de la cual desarrollaremos en estas páginas.
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La era del gas natural
A finales del siglo XIX se producía gas de carbón para uso doméstico y alumbrado público. Como nos señala el informe del cuadro de arriba en 1872 nace la “Compañía de Consumidores de Gas de Carbón” para proveer iluminación en la ciudad de Buenos Aires, situada en Av. Regimiento Patricios al 1100 entre los barrios de Barracas y La Boca, fijando en cuatro mil el número de faroles, sumándose los barrios de Flores y Belgrano hacia 1876. Más adelante, cambia de nombre y pasa a llamarse “Compañía de Gas de Buenos Aires” y desde 1881 “Compañía Nueva de Gas de Buenos Aires”. En la ciudad, en 1888, la iluminación tiene 3579 faroles de gas más de tres mil de kerosene, para un total de 433 mil habitantes en 33 mil casas de las cuales 12 mil eran a gas. Entre los 512 establecimientos industriales de Buenos Aires, 389 utilizan el vapor como fuerza motriz, 77 la tracción animal y 46 el gas. Es decir, el 12% de la incipiente industria de la ciudad utilizaba gas. En 1910 se aglutinaban en una sola sociedad todas las empresas de gas de capital inglés. Nació bajo el nombre de “Compañía Primitiva de Gas de Buenos Aires” y recibió por parte de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires una concesión por veinte años para el alumbrado público y particular. Cede entonces al Municipio su terreno de avenida Del Libertador entre Ramos Mejía y San Martín. Ahí ha de crearse en 1914 la plaza Britania donde será erigida la Torre de los Ingleses en 1916. En 1910, la Primitiva dispone de tres grandes usinas, Av. Patricios al 1100, Pedro Chutro al 900, y un laboratorio de productos químicos en Blanco Encalada al 1600. Doce gasómetros, 1598 kilómetros de grandes cañerías, la administración de Alsina al 1100 con 14 sucursales en la ciudad. En 1919, después de la Primera Guerra Mundial y en el marco de la expansión de capitales norteamericanos, el Municipio cancela el acuerdo del alumbrado público que la empresa dejó de prestar en 1920 y dispuso que la distribución de la luz eléctrica quedara en manos de la Compañía Hispana Argentina de Electricidad (CHADE). Otorgó entonces a la Primitiva un contrato por 20 años (1920-1940) para el suministro de gas a los consumidores particulares. Estos datos son de importancia para cuando veamos el proceso de estatización que dio origen a Gas del Estado. Se inició en Buenos Aires la era del gas manufacturado, fabricado de la elaboración del coque y de la hulla importados de Inglaterra. Se fabricaba el gas y se lo almacenaba en grandes gasómetros como el que todavía se ve en la Avenida Gral. Paz y Constituyentes. Así también en distintos lugares de la ciudad, Maza y Rivadavia uno y Retiro otro. Funcionaban como un gran tanque que tenía adentro un pistón. Cuanto más gas se producía, el pistón subía y así se almacenaba, y de ahí se distribuía a las redes. En épocas de guerra, el carbón, por ser importado, se hacía difícil su transporte fluvial por los riesgos de ataque a la flota y hundimiento y por lo tanto lo encarecía. Había que desprenderse de ese sistema y recurrir al gas natural de los yacimientos argentinos que duplicaba el poder calorífico del de coque. Ese fue el inicio de una gesta nacional que, por supuesto, tuvo un enemigo acérrimo, la corona Británica.
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Nace la Confederación General del Trabajo (CGT)
En 27 de setiembre nace la Confederación General del Trabajo (CGT) reuniendo a los grandes sindicatos entre ellos los Ferroviarios, Comercio, Municipales de Capital, Tranviarios y Trabajadores del Estado. La experiencia anarquista entra en decadencia por las despiadadas persecuciones incluyendo el asesinato de sus adherentes, sus propias contradicciones internas y el crecimiento de otros sectores como los socialistas y comunistas predominantemente. La clase trabajadora entiende como indispensable forjar la unidad de todos los sectores organizados de la vida sindical. En su carta fundacional declaran: “En esta central obrera tendrán cabida los trabajadores de ambos sexos, de todas las razas y religiones, pertenezcan a los centros industrializados o a las zonas agrícolas del país. Estamos persuadidos que comprenderán la gravedad del momento histórico porque el que atraviesa el proletariado argentino y la urgente e imprescindible necesidad de la unificación del movimiento sindical de los gremios, para defender en común el patrimonio del trabajo contra la avaricia creciente de la clase patronal”. En una célebre asamblea con mas de dos mil concurrentes pertenecientes a los sindicatos de las centrales obreras Confederación Obrera Argentina y Unión Sindical Argentina fundan la organización con el voto a mano alzada de la totalidad de los presentes. Al finalizar un documento político expresa el particular momento: “Los Trabajadores argentinos, los hombres y mujeres que al país dedican sus diarios esfuerzos al trabajo fecundo, espontánea y libremente unidos en la Confederación General del Trabajo, proclamamos nuestra irrevocable decisión de luchar por la elevación constante del bienestar del pueblo, por su pleno desarrollo cultural, por la conquista general de sus derechos y libertades, preservando y ampliando los vigentes, y por el imperio de un régimen político y social más justo que extirpe de la sociedad la explotación del hombre por el hombre, modificando las retrógradas estructuras económicas y jurídicas actuales, sustentadas en irritantes privilegios económicos y absurdas preeminencias políticas de insignificantes minorías” Una de las características fundamentales de esta organización sindical y a consecuencia del paso de los años, fue que los dirigentes eran argentinos. Le dieron carácter nacional a la lucha, simbolizándose en las marchas cuando al frente de las movilizaciones, en reemplazo de las rojas y negras, iba la bandera argentina. Raúl Scalabrini Ortiz, quizás uno de los más destacados ensayistas de esos tiempos proclama: “La libertad, el bienestar, y la riqueza no se solicitan, ni se piden, se conquistan. La cuestión para nosotros no es cambiar de amo, sino ser una nación fuerte, segura, henchida de salud como corresponde a un pueblo inteligente que habita en un suelo fecundo. Reconquistar el dominio político y económico de nuestra tierra es nuestro deber para con nosotros mismos, para nuestros hijos y para los hijos de nuestros hijos. No es una acción fácil pero tampoco es una acción inabordable. Los revolucionarios de 1810, de donde provenimos, nos dieron el ejemplo de que nada resiste la voluntad del hombre puesta al servicio de una gran causa”
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Entre Yrigoyen y Perón, el 17 de octubre de 1945
En el marco de aquellas políticas de estado del gobierno de Yrigoyen, se le dio una oportunidad laboral en YPF, a un ingeniero de 27 años como jefe de turno en la Destilería La Plata. Julio Vicente Canessa era un joven radical estudioso del abastecimiento energético para el desarrollo nacional. Transitó la Década Infame desde la empresa nacional YPF sin dejar de pensar, un solo momento, que un día le llegaría a él y a la patria el turno de poner en marcha un plan estratégico de extracción de gas natural, que por entonces se venteaba a la atmósfera. El venteo  consistía en el desaprovechamiento del gas surgente de un pozo de producción de petróleo, que se quemaba por motivos de seguridad. Ese era un desperdicio energético que le llamó la atención y es así como en 1943 viaja a Comodoro Rivadavia y desde ahí diseña un plan, en principio de captación del gas para uso en la zona. Con los resultados obtenidos diseña la construcción de un gran gasoducto que llegue a las puertas de Buenos Aires…… ….¿Pero qué había pasado en ese mismo año? En vísperas de producirse el llamado a nuevas elecciones nacionales y mientras se preparaba la continuidad del régimen conservador, un grupo de oficiales del ejército se levanta en contra del gobierno produciendo un nuevo golpe militar el 4 de junio, pero esta vez de características diversas y heterogéneas. En el seno de ese movimiento conviven distintas ideologías. Una parte del periodismo derrocha mares de tintas alertando sobre un golpe de restauración radical. Otros, que los sublevados recibían apoyo germano (Se estaba desarrollando la 2° Guerra Mundial entre EEUU, Inglaterra, Francia y URSS contra el Eje, Alemania, Italia, Japón) vinculados con sectores del fascismo argentino. Lo cierto es que surge entre esos oficiales del GOU - Grupo de Oficiales Unidos- alejado de estas dos cuestiones detalladas, un militar por sobre el resto, el coronel Juan Domingo Perón. …. ….El trabajo de Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión Social fue la bisagra histórica más importante del siglo XX concitando el interés de vastos sectores de la sociedad, especialmente del Movimiento Obrero Organizado. No pocos vislumbraron el verdadero motivo de su política. Inició un cambio de la matriz dependiente de las estructuras económicas hacia una nación independiente y soberana que dejase atrás el viejo país colonizado y el fraude electoral. …. Muchos de los viejos luchadores, de a poco, van comprendiendo que un nuevo país está emergiendo con el protagonismo, cada vez mayor, de una clase social que estuvo, hasta el momento, silenciada, esclavizada y reprimida. Los y las trabajadoras eran actores sociales excluidos de la vida política y de las mesas de concertaciones para una organización nacional moderna y con paz social. En el Congreso de la Nación no estaban representados como clase social. No eran los pobres, los excluidos, los trabajadores los que ocupaban bancas. Sólo era un privilegio al que podían acceder las clases acomodadas muchas veces a impulso de sufragios fraudulentos. Desde la Secretaria de Trabajo y Previsión se establecieron horarios de trabajos, vacaciones pagas, se amplían los alcances de las jubilaciones, se crea el Estatuto del Peón Rural, se va de a poco legislando en todo el país a favor de la clase trabajadora, como se empieza a denominar a la clase obrera. Perón comenzó a tener visualización pública. “En la Argentina hay una sola clase de hombres, los que trabajan” dijo por esos días….. …..Por los pasillos de la antigua Dirección Nacional del Trabajo, luego convertida en Secretaría de Estado, se ven transitar o esperar pacientemente a delegados obreros, dirigentes gremiales, hasta simples trabajadores. Todos esperan dialogar con un hombre que en representación del Estado Nacional escucha sus reclamos y en la mayoría de los casos resuelva a su favor. El 8 de enero de 1945, se crean los Tribunales de Trabajo que tendrán jurisdicción en los conflictos obrero-patronales, solucionando por vía específica los problemas del área, génesis del fuero laboral argentino. Los tribunales del trabajo garantizan, a partir de entonces, una política laboral beneficiosa para los obreros. El 2 de octubre de 1945 se sanciona el Decreto-Ley 23.852, ley de Asociaciones Profesionales, que marcará un antes y un después en la política laboral de la Argentina. Sindicato único por rama de actividad, mutuales sindicales, convenios colectivos de trabajo, son algunas de las herramientas que ponía al alcance de los trabajadores argentinos. Estas y otras son las cuestiones que desembocarán en el famoso octubre de 1945. La oligarquía, la izquierda tradicional y un sector del radicalismo no entienden las nuevas políticas y menos viniendo de un militar. Los acontecimientos se precipitan de manera incontenible. Perón se ve obligado a renunciar. ….En asamblea la CGT convocó a una huelga general para el 18 de octubre en claro repudio por la detención de Perón, exigiendo su rápida libertad. Sin embargo, aquella mañana del 17 de octubre de 1945 la historia grande de la patria, como lo había hecho en 1810, se hizo presente….. ….La noche del 17 de octubre y frente a una multitud, ya liberado, Perón se dirige por primera vez a su pueblo desde los históricos balcones de la Casa Rosada. Previo a su salida acuerda con el General Edelmiro Farrell, a cargo del Poder Ejecutivo, que se llamaría a elecciones en seis meses. Se dieron la mano y Perón de cara a su pueblo dijo: “Trabajadores: Hace casi dos años, dije que tenía tres honras en mi vida: la de ser soldado, la de ser un patriota y la de ser el primer trabajador argentino. Hoy, a la tarde, el Poder Ejecutivo ha firmado mi solicitud de retiro del servicio activo del ejército. Con ello he renunciado voluntariamente al más insigne honor a que puede aspirar un soldado: llevar las palmas y laureles de general de la Nación. …….Hace dos años pedí confianza. Muchas veces me dijeron que ese pueblo por el que yo sacrificaba mis horas de día y de noche habría de traicionarme. Que sepan hoy los indignos farsantes que este pueblo no engaña a quien no lo traiciona. Por eso, señores, quiero en esta oportunidad, como simple ciudadano, mezclado en esta masa sudorosa, estrechar profundamente a todos contra mi corazón, como lo podría hacer con mi madre. Desde esta hora, que será histórica para la República, que sea el coronel Perón el vínculo de unión que haga indestructible la hermandad entre el pueblo y el ejército; que sea esta unión eterna e infinita para que este pueblo crezca en esa unidad espiritual de las verdaderas y auténticas fuerzas de la nacionalidad y del orden; que esa unidad sea indestructible e infinita para que nuestro pueblo no solamente posea la felicidad, sino también sepa defenderla dignamente. Esa unidad la sentimos los verdaderos patriotas, porque amar a la patria no es amar sus campos y sus casas, sino amar a nuestros hermanos. Esa unidad, base de toda felicidad futura, ha de fundarse en un estrato formidable de este pueblo, que al mostrarse hoy en esta plaza, en número que pasa de medio millón, está indicando al mundo su grandeza espiritual y material. No quiero terminar sin enviar un recuerdo cariñoso y fraternal a nuestros hermanos del Interior que se mueven y palpitan al unísono con nuestros corazones en todas las extensiones de la Patria. A ellos, que representan el dolor de la tierra, vaya nuestro cariño, nuestro recuerdo y nuestra promesa de que en el futuro hemos de trabajar a sol y a sombra porque sean menos desgraciados y puedan disfrutar mejor de la vida. Y ahora, como siempre, de vuestro secretario de Trabajo y Previsión, que fue y que seguirá luchando a vuestro lado por ver coronada la obra que es la ambición de mi vida, la expresión de mi anhelo de que todos los trabajadores sean un poquito más felices. Trabajadores: únanse; sean hoy más hermanos que nunca. Sobre la hermandad de los que trabajan ha de levantarse en esta hermosa tierra la unidad de todos los argentinos. Pido también a todos los trabajadores que reciban con cariño mi inmenso agradecimiento por las preocupaciones que han tenido por este humilde hombre que les habla. Por eso les dije que hace un momento que los abrazaba como abrazaría a mi madre, porque ustedes han tenido por mí los mismos pensamientos y los mismos dolores que mi pobre vieja habrá sufrido en estos días. Confiemos en que los días que vengan sean de paz y de construcción para el país. Mantengan la tranquilidad con que siempre han esperado aún las mejoras que nunca llegaban. Tengamos fe en el porvenir y en que las nuevas autoridades han de encaminar la nave del Estado hacia los destinos que aspiramos todos nosotros, simples ciudadanos a su servicio. Por eso les pido, como un hermano mayor, que retornen tranquilos a su trabajo. Y por esta única vez, ya que nunca lo pude decir como secretario de Trabajo y Previsión, les pido que realicen el día de paro, festejando la gloria de esta reunión de hombres de bien y de trabajo, que son la esperanza más pura y más cara de la Patria. He dejado deliberadamente para el último, recomendarles que al abandonar esta magnífica asamblea lo hagan con mucho cuidado. Recuerden que ustedes, obreros, tienen el deber de proteger, aquí y en la vida, a las numerosas mujeres obreras que aquí están” Por esto, la liturgia peronista declaró para siempre al 17 de octubre como el Día de la Lealtad. Lealtad de un pueblo hacia un hombre que en sus casi 80 años de vida nunca los traicionó y fue por esa sencilla razón que generaciones de mujeres y hombres lo amaron y hasta dieron su vida, no por su persona, si no por lo que significo y significará para el pueblo argentino y la dignidad humana.
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Nacionalización del Gas
El ingeniero Julio Canessa elabora y deja testimonio escrito un libro bajo el título: Los Servicios Públicos del Gas en la Argentina. Necesidad de su nacionalización, extensión y centralización “Hay ciertos servicios en la vida de las poblaciones de un país que por su necesidad y generalidad asumen el carácter de servicio público. Su prestación es realizada por la administración pública, directamente o por medio de concesionarios. En sus orígenes, la mayor parte de los servicios públicos han sido prestados por medio de concesionarios; empero, la tendencia universal que prevalece hoy día es que dichos servicios sean prestados directamente por el Estado (Nación, Provincia o ·Municipalidad). El grado de urgencia en poner dichos servicios en manos del Estado varía con la naturaleza del servicio y la concurrencia de ciertos factores locales propios de cada país. Desde el punto de vista de la naturaleza del servicio, existen algunos de ellos que revisten el carácter de esenciales, tales entre otros: aguas corrientes, gas y electricidad. Por la importancia que dichos servicios tienen para el individuo y la Nación y por la necesidad de que tan vital e imprescindibles actividades sean prestadas sin lucro y atendiendo a un interés social y nacional, por sobre cualquier interés privado. Se discute hoy día la necesidad urgente de que los servicios esenciales sean prestados directamente por el Estado, pasando a sus manos aquellos que aun se encuentran en manos de concesionarios. En aquellos países en que para la prestación de algunos de los mencionados servicios, actualmente atendidos por concesionarios, no se recurre a capitales, materia prima ni elementos extranjeros, parecería que existiese una suficiente garantía de protección del interés nacional y que fuese relativo el grado de urgencia en pasar dichos servicios a mano del Estado, por cuanto siendo los capitales nacionales, como así también la materia prima y los elementos, no habría, con tal forma de prestación, perjuicio para la economía nacional; siendo los únicos riesgos que el servicio no se prestase a tarifas razonables, ni con la generalidad y extensión requeridas por la población: es decir, que no se prestase atendiendo al interés social. Esos riesgos no deberían existir, por cuanto el Estado con su poder de policía puede imponer tarifas razonables y exigir la generalidad y extensión del servicio. Por ello resulta así en países de economía soberanas o sólo en teoría, pues en la práctica, en nuestro país, los servicios públicos atendidos por concesionarios, lo son por grandes organismos financieros (Holding) a veces tan poderosos que enfrentan de por sí el Estado, directamente o por intermedio de grupos colaterales. Cuando tal proceder no es posible o suficiente recurren con harta frecuencia al doblegamiento de autoridades y funcionarios, destruyendo o avasallando todo poder de contralor por medio de influencias políticas u otros procedimientos, con lo cual resulta en definitiva el poder de policía del Estado una mera ficción” El 13 de abril de 1944 se declara de “Utilidad Pública” a la empresa inglesa la Primitiva de Gas de Buenos Aires sujeta a expropiación porque estaban vencidas las concesiones desde 1940. El 5 de marzo de 1945 se nacionalizan los servicios de gas de Buenos Aires y los pone en manos de YPF. El 1 de enero de 1946, ya con Perón en plena campaña presidencial, toma el estado control de esas actividades desde la Secretaría de Industria y Comercio la Dirección General del Gas del Estado y como director general ponen al frente al ingeniero Julio Vicente Canessa . En 1952 se crea la Administración General de Gas del Estado, organismo autarquico donde Julio Canessa fue su administrador general. El Decreto Nº 22.389 del 20 de setiembre de 1945 dispone: Art. 1º. La Dirección General de Gas del Estado se organizará sobre la base del actual Servicio de Gas de la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales y comenzará a funcionar como ente autárquico dependiente, en las condiciones establecidas en el presente decreto, el día 1º de enero de 1946, antes de cuya fecha el Poder Ejecutivo, a propuesta de la Dirección Nacional de la Energía, determinará el valor de los bienes propios de la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales que se le transfieren para el cumplimiento de sus funciones, y el término, forma y modo de extinción, de las obligaciones emergentes de esa transferencia” “Todas las obligaciones contraídas y disposiciones legales dictadas con motivo y/o en función de las actividades del Estado a cargo del “Servicio de Gas de la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales”, continúan en vigencia y su cumplimiento estará a cargo de la “Dirección General del Gas del Estado” El 5 de marzo el "Servicio de Gas de la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales" se hace cargo de los servicios que hasta ese momento prestaba la "Compañía Primitiva de Gas". La Dirección General de Gas del Estado, comienza a funcionar como Ente Autárquico el 3 de octubre, tomando además a su cargo los servicios de gas que empresas particulares brindaban en La Plata, Rosario, San Nicolás, Bahía Blanca, Almirante Brown, Quilmes, Lomas de Zamora y Avellaneda. En 1950 el Decreto Nº 4626 del 1º de marzo instituye el 5 de marzo de cada año como “DÍA DEL GAS”. Después de la firma del decreto, que nacionalizó el gas, hubo una reunión en la sede de la antigua “Compañía Primitiva de Gas” en la calle Alsina 1169. En esta reunión Perón le dedicó bastante tiempo a charlar con muchos ingenieros y funcionarios entre los que se encontraba el Ingeniero Canessa. Al retirarse, Perón se acercó a Canessa - según lo afirmara el periodista Hugo Gambini - y le dijo: “Cuando necesite algo, no dude en venir a verme”. El ingeniero Canessa aceptó la oferta y quince días más tarde, pidió una audiencia con Perón a la cual fue acompañado por un funcionario de YPF, el ingeniero Teófilo Tabanera. La entrevista se celebró en el despacho que como ministro de guerra ocupaba Perón en Callao y Viamonte. Diez minutos fue el plazo concedido para expresar sus inquietudes y, palabra más o menos, los visitantes afirmaron que era imprescindible crear un organismo nacional y autónomo para desarrollar y explotar el servicio de gas en todo el país. Perón escuchó atentamente la exposición y guardó en un cajón de su escritorio la carpeta que le entregaron Canessa y Tabanera. Pasaron tres meses de absoluto silencio oficial cuando, celebrando la llegada de un nuevo petrolero para YPF, Perón saludó uno por uno a los funcionarios que habían llegado para saludar el arribo. Al acercarse a Canessa, le susurró: “Quédese tranquilo ingeniero, su proyecto está por salir” Cuarenta y ochos horas después se enteró por los diarios que se había creado la Dirección Nacional de Gas del Estado y que la misma estaría en funciones a partir del primero de enero de 1946. El 24 de febrero Perón es elegido presidente de la nación y treinta días después, se realiza el encuentro con Perón. Hora y media necesitó Canessa, esta vez, para explicarle que lo hecho no bastaba y que se debía seguir adelante. Ahí, Perón comprendió de la conveniencia de contar con un gasoducto de Buenos Aires a Comodoro Rivadavia. De la reunión participaron además el Ministro de Industria y Comercio Rolando Lagomarsino. Perón dijo: “Ahora se lo ordeno, vaya y hágalo” Así quedó formalizado en un cruce de correspondencias días después. “Señor Presidente de la Nación: Hoy vengo a solicitar la autorización al gobierno de la Nación para la construcción del gasoducto Comodoro Rivadavia - Lavallol, provincia de Buenos Aires, que le permitirá a nuestra patria lograr su independencia energética. Apreciando una valorable economía de combustibles, poner en movimientos ingentes reservas no aprovechadas y acrecentar el bienestar de la población. Lo haremos con ingenieros, técnicos y obreros argentinos. Tendremos muchas dificultades, pero las venceremos porque tenemos claro el objetivo. No faltarán, señor presidente, quienes digan que empresas de estas características son impracticables desde el punto de vista técnico, que es más conveniente seguir importando carbón de Europa, pues caso contrario no nos comprarán mas nuestros productos primarios; en fin, se escucharán todos los argumentos que desde años esgrimen, llevándonos al convencimiento de que somos una colonia y no un país económicamente independiente” Por lo que el presidente Perón respondió: “Señor Presidente de la Administración General de Gas del Estado, Ingeniero Julio Canessa: Yo sé que este es el sueño de su vida. Estoy persuadido, como presidente de la república, que bajo la dirección de hombres de su temple, el gasoducto, una vez finalizado, dará paso a una nueva era para la Nación en materia de combustibles. Yo no considero riquezas las que están debajo de la tierra si no la que se ha extraído. Por eso Ingeniero Julio Canessa ¡ Vaya y Haga!” En una entrevista que le hacen al ingeniero Canessa le preguntan por donde empezará a construir el gasoducto y responde por Lavallol. ¿Cómo por Buenos Aires? Le preguntaron, y respondió: “Si comienzo por Comodoro Rivadavia voy a recibir tanta presión que alertados nos dejaran sin provisión de tubos e insumos y no me dejarán concluir la obra. El gasoducto afecta a los importadores de hulla, a los fleteros marítimos ingleses. Al mantenimiento y provisión internos también en manos de los ingleses y como sabemos iban a poner palos en la rueda y boicotear el proyecto, directamente por representantes ingleses en el país, todos ellos argentinos”
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El gasoducto Juan D Perón: Comodoro Rivadavia - Buenos Aires
Entender a un presidente de la Nación que llama a un ingeniero de otro partido político - Canessa era radical- y le da la responsabilidad de hacer un gasoducto extraordinario, único en el mundo, con las consabidas faltas de equipos y fundamentalmente de caños es una proeza pocas veces vista. En las carpetas del expediente de obra se podía leer; “se suspende tramo de tal a tal lugar por falta de caños y ahí salían a conseguir en el mundo proveedores de caños, que por ese entonces no se fabricaban en el país”. Por eso es que el gran gasoducto tiene distintos diámetros adaptados (8 y 10 pulgadas) En Saldungaray, zona de rocas, el caño se apoya directamente sobre el piso. Canessa lo idea y dirige y Perón autoriza su estrategia, lo potencia y lo pone administrativamente en funcionamiento. Es una dupla que pocas o casi ninguna vez se volvió a dar en nuestro país. Un ingeniero y un militar, un radical y un justicialista juntos emprenden esa epopeya nacional puesta en las manos y el talento de miles de trabajadores argentinos. La obra se licita en 1947. El tramo Valcheta (Río Negro)-Comodoro Rivadavia (Chubut) es adjudicado a la empresa Techint, en tanto que el que une Buenos Aires con Valcheta, queda en manos del Estado Argentino. Una gacetilla de la época lo anuncia: “El extenso gasoducto, uno de los más largos del mundo, fue inaugurado el 29 de diciembre de 1949, más tarde la cañería seria extendida hasta Cañadón Seco, logrando extenderse por 100 km más. Entre 1947 y 1949, durante la presidencia de Juan Domingo Perón, se construyó el gasoducto que unió Comodoro Rivadavia con Buenos Aires, con el la distribución de gas aumentó de 300.000 metros cúbicos por día a 15.000.000 de metros cúbicos abaratando en un tercio los costos. La Argentina se colocaba así entre los tres países más avanzados en el aprovechamiento del gas natural, junto con los Estados Unidos y la Unión Soviética. El 21 de febrero de 1947 Canessa y el propio Perón soldaron el primer caño en Llavallol, provincia de Buenos Aires, terminándose las obras el 17 de septiembre de 1949 y poniéndose en funcionamiento al servicio público el 29 de diciembre de ese año. En la oportunidad Perón pronunció estas palabras: “La construcción del gasoducto Comodoro Rivadavia – Buenos Aires es otra de las obras que no necesita propaganda. Su construcción está contemplada en el plan de gobierno, para cumplirse en el más breve plazo, haciendo posible que el gas natural de la tierra argentina sea distribuido entre los habitantes, sin diferencias de categorías”.  Se optó por comenzar la construcción del gasoducto en el Gran Buenos Aires y no en el lugar de obtención del lugar del gas porque, según Canessa, “sabíamos que los intereses extranjeros podrían interferir y hacer parar la obra en cualquier punto; pero si el tramo construido estaba aislado no servía para nada y había que terminarlo. Por eso empezamos al revés y quemamos las naves. Nos jugamos a todo o nada; o terminábamos o nos echaban a todos”.  “El extenso gasoducto, construido por Gas del Estado, YPF y el aporte de la empresa italiana Techint, tuvo una extensión de 1605 km. de tuberías de acero, sin costura, de 25 y 30 cm. de diámetro y 6 mm. de espesor, con un peso total de 63.500 toneladas,  fue uno de los más largos del mundo en su momento, más tarde la cañería seria extendida hasta Cañadón Seco, 100 km más”  A partir de ese momento se aplicó una política tendiente a la baja sostenida de tarifas y la expansión del sistema de gas por redes. En 1952 se construye el conducto entre Plaza Huincul y General Conesa, empalmando con el principal que viene de Comodoro Rivadavia. Así la producción de gas natural pasa, de 8.000.000 m3 en 1946 a 448.000.000 m3 en 1954. El gas manufacturado se eleva, de 94.000.000 m3 en 1945 a 247.000.000 m3 en 1954, lo que equivale a decir que en 9 años triplica su volumen. El número de usuarios que en 1945 era de 210.000 pasa en 1954 a 659.000 es decir 3 veces más…Todas estas obras quedaban a cargo de YPF y de Gas del Estado, cuya solvencia técnica para la realización de programa aludido certeramente avalado…”. “Cuando fue el desfile de los materiales utilizados en la construcción del gasoducto Comodoro Rivadavia – Buenos Aires, del 25 de noviembre de 1951, Perón opinó: “Deseo, en primer término felicitar al ingeniero Canessa y a todo el personal directivo y trabajadores del gasoducto, que están dando al pueblo argentino el más elocuente de los ejemplos y el más digno de ser imitado. La Argentina grande con que todos soñamos se hace con esto: con trabajo organizado, con trabajo inteligente y con trabajo dedicado a construir para el país… Que sepan, cuando dicen que no saben en que invertimos el dinero, que la empresa de tender un gasoducto de 1.600 kilómetros no es empresa de pigmeos ni de cobardes. Deseo significar, por último, el orgullo y la satisfacción que debe sentir nuestro pueblo al realizar una tarea de esta naturaleza con técnicos argentinos, con dirigentes y con trabajadores argentinos”.  La ingeniería y el diseño de la construcción en todos sus tramos fue dirigida por el propio Canessa. Tras su desembarco en los puertos de Ensenada, Mar del Plata y Bahía Blanca, las cañerías fueron cargadas en camiones y llevadas hasta el campo donde las excavadoras, que funcionaban día y noche, hora tras horas, acortaban las distancias entre la pampa bonaerense y el sur patagónico. Se atravesaron ríos, se dinamitaron suelos pedregosos, se atravesaron pantanos, se cruzaron montañas. Se utilizaron 63 millones de kilos de caños de acero de 10 y de 8 pulgadas, se revistieron caños con 175 mil litros de pintura asfáltica, 8 millones de kilos de asfalto, 2 millones de metros cuadrados de lana de vidrio y 2 millones de metros cuadrados de papel impregnados en asfalto. Todo esto se realizó con más de 5 mil hombres y mujeres argentinos en apenas 1041 días de trabajo sin que la obra se viera detenida por un solo día. En camiones del estado argentino se trasladaron, además de los caños; equipos de soldaduras, carpas, cocineros, cines móviles para esparcimiento del personal, material rodante, médicos y enfermeras y equipos sanitarios. Se dispuso de técnicos geólogos, aviones y helicópteros para avistajes y fotografías aéreas. Tractores, desmalesadoras, hasta una brigada especial de perros adiestrados en detectar escapes de gas. Con un estricto control se avanzó a razón unos 37 km al mes. Si estos promedios eran superados, el personal cobraba un extra en su jornal, cosa que se repitió más de una vez. Los obreros de la nueva Argentina y del gasoducto dormían en los pueblos más cercanos. Trabajaban cuarenta horas a la semana. Cada dos meses se les daba ocho días de descanso con viáticos pagos. Preparados por médicos nutricionistas se elaboraban menús especiales para hacer frente a las condiciones del clima. Carnes, locros, frutas y pastas con la única condición que la bebida alcohólica fuera suministrada sólo los días de descanso. El director adjunto fue el ingeniero Carlos Lucero Flores; el director técnico, Ingeniero Pedro Rodríguez, el sub director administrativo, ingeniero Esteban Pérez, el segundo sub director de obra administrativo el Sr. Alberto Carrizo y el Sr. Arturo Cornella. Cuando se terminó el gasoducto se realizó un desfile por las calles de Buenos Aires con todos los equipos utilizados donde miles de personas vieron pasar a los obreros, técnicos e ingenieros que habían realizado la hazaña. Meses después de terminado el gran gasoducto el ingeniero Canessa vuelve a solicitar una entrevista con Perón y esta vez se realiza en la Casa Rosada. Acompañado por su plana mayor, el ingeniero Canessa le lleva al presidente decenas de carpetas con todos los gastos pormenorizados del costo de tamaña empresa. Al terminar y ante la sorpresa del propio Perón, el director del proyecto le comunica que del presupuesto asignado había sobrado un dinero que estaba depositado en el Banco de la Nación. Perón lo miró y le preguntó. “¿Y qué piensa hacer con eso dinero, Canessa?” “No es mío general, es del pueblo argentino” respondió Canessa. “Pues bien, repártalo entre todos los trabajadores que lo hicieron posible” concluyó el presidente Perón.
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Libertario Ferrari
La organización sindical de la época que contenía a los trabajadores del gas era ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) con su secretario general el mítico Libertario Ferrari, hombre que había iniciado su actividad laboral en la vieja Compañía Primitiva de Gas de Buenos Aires en “épocas de los ingleses” como solían denominarla. Libertario Ferrari nació en la ciudad de Buenos Aires en 1912 en el seno de una familia italiana de ideales anarquistas. Cuando apenas tenía 13 años ingresó en la “Compañía Primitiva de Gas”. Su infancia se caracterizó, como tantos otros, por las privaciones a las que se vieron sometidos los trabajadores de aquellos años. Sin embargo, no fueron excusas para enfrentar una vida de luchas. Desde muy joven se vio atraído por los ideales de FORJA, cuyos integrantes realizaban reuniones clandestinas en sótanos y de a poco fueron ganando la calle en los años de la década infame, entre otros se sintió interpretado por Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz y Homero Manzi. Su primera participación es como delegado de sus compañeros de la Agrupción de Obreros y Empleados del Gas. Recién en 1944 acuerdan una visita al coronel Perón y a partir de ahí comprenden el cambio que les propone el líder en ciernes. El 5 de marzo de 1945 día de la Nacionalización del Gas, aquella agrupación de obreros y empleados del gas se incorpora a la Asociación de Trabajadores del Estado, cuyo secretario general era José Tesorieri, al incorporarse el personal de la Primitiva como obreros y empleados del Estado nacional. Los días decisivos de octubre de 1945, lo ya encuentran como figura importante de ATE, por lo cual es designado para representar al gremio, junto con otros tres compañeros, en la reunión del Comité Central Confederal. Ésta se realiza el 16 de octubre de 1945 teniendo como eje principal ratificar o rechazar el paro general que ya ha dispuesto la Comisión directiva de la CGT, con motivo de la renuncia y detención del coronel Perón. En la mencionada reunión sindical del 16 de octubre, los ferroviarios, la delegación más numerosa, se inclinan por una posición moderada, oponiéndose a toda medida de fuerza. La intervención de Libertario Ferrari adquiere entonces enorme importancia pues la solidez de sus argumentos, como también su mayor profundidad política, influyen decididamente sobre la asamblea obrera. Allí sostiene: “Ayer, cuando se tomó la resolución de declarar la huelga general, en principio, en la reunión de la Comisión Administrativa dije que la huelga sería hecha en defensa de las conquistas obreras y contra la oligarquía que había ganado una posición de privilegio en el gobierno. Ahora se arguye que no hay razones para declarar la huelga general y que no puede ser motivo el pedido de libertad del coronel Perón. Yo pregunto: ¿y la negativa de los patrones a pagar el feriado del 12 de octubre y a otorgar las vacaciones?, ¿y la campaña que hace la prensa enemiga de la clase obrera?, ¿y la información que dan los diarios sobre los posibles integrantes del gabinete nacional, conspicuos miembros de la oligarquía todos ellos?, ¿y la prisión del coronel Perón?… Dentro de poco, seguiremos nosotros el mismo camino, pues no debemos olvidar que si Ávalos se proclama amigo de Perón, Vernengo Lima es enemigo acérrimo de aquél y de nosotros, y a mi juicio, tiene más influencia en el gobierno Vernengo Lima que nadie, porque cuenta con el apoyo del capital y la oligarquía… En concreto, la situación sería ésta: Ávalos está con Perón y Vernengo Lima está contra Perón. Me parece entonces que nuestra actitud va a reforzar la posición del primero y tendrá como consecuencia inmediata la libertad del coronel y el aseguramiento de todas nuestras conquistas. Tenemos que aprovechar este momento excepcionalmente favorable para nosotros…” Al producirse la votación, la delegación de ATE se divide: De los cuatro integrantes, José Tesorieri se encuentra ausente mientras Aniceto Alpuy vota contra la huelga. En cambio, Libertario y Cecilio Conditti apoyan la huelga. La moción por la cual declara paro general para el 18 de octubre triunfa por 16 votos contra 11. Al constituirse, poco después, el Partido Laborista y confeccionarse la lista de candidatos a diputados, para las elecciones del 24 de febrero, Libertario rechaza toda nominación, a pesar de la insistencia de sus compañeros: “Mi lucha está en el campo obrero”. En la noche del 10 al 11 de junio de 1947, fallece en un accidente en Natal, Brasil, al caer el avión de FAMA que lo conducía a Ginebra, junto a otros compañeros de la CGT.
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De ATE al Sindicato del Personal de Gas del Estado
La representación sindical en la Argentina se organizó a partir de un sindicato por oficio, una federación por rama y una única central de trabajadores. Este modelo sindical ponderado y estudiado en el mundo entero fue un muro de contención contra los abusos del capitalismo nacional y extranjero, que vieron como enemiga a la clase trabajadora organizada representada políticamente en el peronismo. En 1956, la Revolución Libertadora, expuso las bondades de la “libre agremiación”. La misma ya estaba garantizada por la Constitución Nacional pero en realidad conllevaba la posibilidad de la creación de nuevos sindicatos para funciones laborales iguales con el solo objeto de arrebatarle al peronismo la conducción de la clase trabajadora. Ese modelo, copiado del estadounidense, miraba con buenos ojos la creación de los sindicatos por empresas, es decir, la atomización de la clase obrera con su consiguiente debilitamiento. Sin embargo, la dinámica y la pertenencia política de la clase trabajadora fueron inalterables. Los sindicatos siguieron siendo en su inmensa mayoría peronistas. Fue en esa época entre 1956 y 1960 que se crearon nuevas organizaciones de acuerdo a la realidad imperante. Tal el caso del Sindicato de la Televisión, que inicialmente eran trabajadores del Canal 7 estatal, como los Trabajadores Fiscales y Tributarios. Todos pertenecían a ATE, como los trabajadores de Gas del Estado que crearon el 28 de enero de 1957 el Sindicato del Personal de Gas del Estado bajo la personería gremial N° 370 denominado Sindicato del Personal de Gas del Estado, Capital Federal. “A la mayoría de los fundadores no los conocí, pero sí a sus hijos y nietos que trabajaron en Gas del Estado y siempre los recordaban, entre ellos a Luis Mazei, Horacio de la Fuente, Horacio Sociano, Luis Constanzo, Carlos González, Alberto Campos” Leandro Acosta, dirigente Stigas “La primera Comisión Directiva, entre los que se encontraba mi padre como vocal, creo, que eran todos peronistas. Después de golpe del 55 ya nunca fue igual. Durante el gobierno de Perón, Gas del Estado fue un verdadero ejemplo de una empresa estatal. Éramos una familia” Cacho Constanzo, ex dirigente Como herramienta de acción sindical la personería gremial al nuevo sindicato sólo le permitía firmar las cuestiones de Capital Federal, donde además la empresa tenía las oficinas centrales, pero no podía hacerlo por los obreros y empleados del resto del país donde si tenía amplia jurisdicción la empresa estatal. Fue ahí que en 1958 se crea la Federación Argentina del Personal de Gas del Estado con personería gremial 587. La primera acción política que encara la primera comisión directiva tanto de los sindicatos como de la federación es afiliarse a la CGT. La Federación la integran además de Capital Federal, los sindicatos de Bahía Blanca, Comodoro Rivadavia por zona sur, Córdoba, La Plata, Mar del Plata, Mendoza por zona Cuyo, Neuquén- Río Negro, Rosario, Salta- Jujuy, San Nicolás, Santa Fé, Santiago del Estero, Tucumán y las filiales de Campana y Zárate. Desde 1957 y por la profusa e incansable lucha de las organizaciones sindicales el gobierno de facto profundizó la represión después de observar que en las elecciones en los sindicatos nuevas conducciones de filiación peronista volvían a ganar. La CGT durante este período permaneció intervenida. El movimiento obrero se dividió entre la 62 Organizaciones en su mayoría peronistas y los 32 gremios democráticos de tendencia antiperonista. La dictadura convoca a elecciones generales y en 1958 Arturo Frondizi accede a la presidencia de la nación después de contar con el caudal de votos que poseía el peronismo. Un pacto firmado entre el representante de Frondizi, Rogelio Frigerio y Juan Perón tuvo alcances diversos entre ellos la ley sindical 14.455 que establecía pro y contras como libre agremiación, pero atribuyendo la personería gremial al de mayor representatividad, además de garantizar los puestos de trabajo a los representantes gremiales. Bajo esas circunstancias históricas se posibilita la creación de nuevas organizaciones sindicales, entre ellas, las que representaban a los trabajadores de Gas del Estado. Cómo ya hemos dicho primero se crea el sindicato de Capital Federal y luego la Federación bajo el amparo de la nueva norma de organizaciones profesionales.
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Los primeros Convenios Colectivos de Trabajo
Entre 1958 y 1965 la Federación de Empleados de Gas del Estado acuerda los primeros convenios colectivos con escalas salariales y nuevas condiciones laborales. La empresa Gas del Estado deja de ser la de los pioneros fundadores para convertirse en una donde los trabajadores reclaman condiciones y mejoras salariales como cualquier otra en relación de dependencia. Al frente del sindicato se encuentra la Lista Blanca compuesta en su inmensa mayoría por los socios fundadores de la organización, todos de extracción peronista, sin militancia política de relevancia. Como ejemplo detallamos el convenio colectivo de trabajo (CCT) de 1965 con los siguientes paritarios sindicales: Waldino Salinas, Roberto Arancibia, Héctor Márquez, Ernesto Santapaola, Alberto Agüero, José Figari y Salvador Manganaro. En la segunda mitad de la década del 60 el sindicato de Capital Federal estaba conducido por Salvador Manganaro, ahora como Lista Marrón que se había impuesto en las elecciones de 1966. La postura de la Lista Marrón en la conducción del sindicato estaba orientada a la pertenencia política a las 62 Organizaciones Peronistas con un marcado acento en la cuestión social y societaria. En tiempos de la dictadura del general Onganía la comisión directiva puso el acento en la masiva afiliación de los trabajadores y trabajadoras de Gas del Estado. “Mi padre, que todos conocían como el Flaco Bassi, estuvo muy cercano en aquellos días al sindicato. Era amigo de Martelli, un hombre que pertenecía a lo que se conoció como la ortodoxia peronista, muy cercano a Vandor. Recuerdo, que yo era chico, cuando adquirimos el centro recreativo de San Justo. Se lo compraron al actor Luis Sandrini” Rubén Bassi ex dirigente El CCT de 1965 estaba dividido en ocho capítulos, entre aplicación y vigencia, ropa y útiles de trabajo, retribuciones, regímenes de licencias, beneficios adicionales, reconocimiento y aporte a las entidades gremiales y disposiciones generales. Se acuerdan los siguientes beneficios entre otros: Jornadas de trabajo; siete horas y media de lunes a viernes y seis horas en horarios nocturnos y/o guardias. Ingreso del personal y carrera dentro de la empresa. Escalafón administrativo y técnico. Acceso a las vacantes. Se regulan las licencias por enfermedad, por casamiento o natalicios, fallecimientos de familiares, por estudios, maternidad, y las licencias y permisos gremiales. Aplicación de los convenios a nivel nacional. Se especifican tareas insalubres. Bonificaciones por nacimientos de hijo, retribuciones anuales por eficiencia. Además de los sueldos anuales complementarios, reintegros de gastos por servicios y escalas de días de vacaciones según los años de servicios prestados a la empresa. Se establecen primas especiales por casamiento, fallecimiento, natalicios, por estudios superiores, regímenes de ascensos, como así también de provisión de ropa de trabajo y elementos y equipos para la seguridad personal y colectiva. “En aquellos tiempos la empresa cuestionaba las siete horas y media y las seis nocturnas. Querían, a cambio de aumentos salariales, pasar al régimen general de ocho horas. El sindicato y la federación siempre se opusieron a negociar conquistas laborales por aumentos de sueldos” Cacho Constanzo- ex dirigente- Muchos se preguntarán si antes de la firma de los convenios no existían estos derechos, pues debemos aclarar que en su mayoría sí, pero eran disposiciones de la empresa. Hacia 1954 la renta general de la nación era repartida en un 52% entre la clase trabajadora, cifra jamás alcanzada nuevamente. Cuando se produjo el golpe del 55 esa participación descendió al 38% y con ellos los derechos fueron paulatinamente derogados por las intervenciones, motivando que durante los próximos diez años se buscara restablecer conquistas y derechos adquiridos y establecer otros acordes a los tiempos que se vivían. En 1954 Gas del Estado contaba con 6946 agentes para 659.049 usuarios y en 1965 la estadística estableció existían 7880 agentes para 1.630.799 usuarios. Ya en 1970 las cifras fueron de 8844 agentes y 2.141.389 usuarios. La empresa Gas del Estado siguió su derrotero y los trabajadores los suyos. Estas circunstancias políticas y de expansión de la empresa estatal delinean las acciones y la lucha sindical. Se acuerdan nuevas mejoras en las condiciones del trabajo en tiempos complicados como fueron los años 60 y principios de los 70. La organización sindical firma convenios a través de la Federación Argentina del Personal de Gas del Estado. Esta organización de segundo grado, al tener la jurisdicción nacional, es la habilitada para la firma de los CCT. Sin embargo, cabe destacar que la Secretaría General era ejercida por el sindicato de Capital Federal. La misma tenia domicilio en la calle Marmol 80 de la ciudad de Buenos Aires. Las conducciones emergentes a lo largo de estos años fueron las que delinearon los primeros CCT. Aparte de las mejoras que se incluyeron en los artículos de los convenios como hemos analizado más arriba, cabe destacar, la jerarquización alcanzada por la organización sindical con el reconocimiento del Estado como de la empresa. Entre ellas nuevas conquistas destacamos: La estabilidad laboral de los dirigentes y delegados sindicales. A partir de 1965 se prohibió cualquier tipo de represalia por el ejercicio de la actividad sindical. La empresa comienza a retener de los haberes los aportes sindicales y son transferidos a la organización. Se establecen licencias gremiales para delegados y dirigentes pero sin goce de sueldo. Se amplían las categorías y las funciones de los obreros y empleados de la empresa. Se establecen porcentajes de aumentos por desarraigo que va desde el 20% al 100% según las distancias. En 1970 se logra le exención ampliada del pago del servicio de gas a todos los empleados y obreros comprendidos en los CCT como también a los jubilados de la empresa como a las viudas y viudos que gozaban de ese derecho. Las luchas del movimiento obrero organizado no cesan. Asambleas clandestinas, represión, cárcel para quienes decidieran organizar a los trabajadores. El 23 de agosto de 1962 fue secuestrado Felipe Vallese, delegado de una fábrica metalúrgica. Su cuerpo nunca apareció. En 1963 se realizan elecciones generales con el peronismo proscripto. La Unión Cívica Radical del Pueblo gana las elecciones con el 27% de los votos. El presidente electo Arturo Illia tuvo una posición conflictiva con los sindicatos. En cuestiones laborales creó el Consejo Nacional del Salario Mínimo, Vital y Móvil, pero por otra parte rechazó desde un inicio las peticiones sindicales. La CGT decidió entonces iniciar un plan de lucha aprobado durante el gobierno de facto, que llevó a la ocupación de unas 11.000 fábricas durante 1964. Illia respondió escalando el conflicto, prohibiendo la actuación política de los sindicatos y habilitando la creación de sindicatos paralelos. El 26 de junio de 1966 el Ejército Argentino, comandado por el General Onganía, es la cara visible del golpe de estado que derroca al Dr. Illia. Si bien, algunos pocos sindicatos saludan al general golpista, lo cierto es que se desenlaza una feroz represión contra el movimiento obrero en general. El grado de violencia en el conflicto social, como el de desconocimiento de los derechos humanos será la mascarilla de proa de este proceso antidemocrático. Se desata una violencia política de magnitudes que marcará la historia de la Argentina por los próximos 15 años. Si bien muchos sindicatos propiciaron el dialogo con la autodenominada “Revolución Argentina”, ello no evitó que la dictadura interviniera los gremios más importantes, encarcelara dirigentes sindicales, suprimiera el derecho de huelga, estableciendo el arbitraje obligatorio, desarrollando políticas de fragmentación sindical. En 1968 se produce un cisma en la CGT: por un lado, la CGT de los Argentinos, opuesta firmemente a la dictadura y por el otro la CGT Azopardo, partidaria de negociar. El 1º de Mayo de 1968 la CGT de los Argentinos emitió un mensaje a los trabajadores y el pueblo argentino llamando a oponerse a la dictadura, donde se destaca la necesidad de impulsar un proceso de "Unidad Nacional". Resultaron electos para comandar la CGT: Raimundo Ongaro (FGB) como secretario general; Amancio Pafundi (UPCN) como secretario general adjunto; Patricio Datarmini (municipales de Capital Federal) secretario de Hacienda; Enrique Coronel (LF) como pro secretario de Hacienda; Julio Guillán (FOETRA) como Secretario de Gremial e Interior; Benito Romano (FOTIA) como Prosecretario Gremial e Interior; Ricardo de Luca (navales) como secretario de Prensa, Cultura, Propaganda y Actas; y Antonio Scipione (UF) como secretario de Previsión Social. Junto a ellos Salvador Manganaro, como vocal, el representante del Sindicato del Personal de Gas del Estado. En 1969 se produjo el Cordobazo. Iniciado el 29 de mayo como un "paro activo" del sindicato de los mecánicos (SMATA), recibe inmediatamente la adhesión de estudiantes universitarios, jóvenes de los barrios y sectores de clase media de la capital cordobesa. La manifestación se apodera de la ciudad, que queda sin luz por la acción del Sindicato de Luz y Fuerza. Esa noche el ejército entró a la ciudad. Al día siguiente el levantamiento se fortalece, por la huelga general que declaran las dos CGT, y que tiene una adhesión total. El Cordobazo impulsó fuertemente la movilización contestataria, con gran adhesión de los jóvenes. Frente a la prohibición de la política que había impuesto la dictadura, brotó como respuesta una especie de "democracia en las calles", mediante la lucha directa, no electoral, de tipo insurreccional. En 1970 se reunificó la CGT, resultando elegido secretario general el metalúrgico José Rucci. En ese momento el Sindicato del Personal de Gas del Estado vuelve a la CGT Azopardo.
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Cambio de rumbo sindical
El 3 de agosto de 1972 se realizaron elecciones en el Sindicato Capital sito en Entre Ríos 1316 y la Lista Naranja triunfa sobre la histórica Lista Marrón. Los resultados, aunque ajustados, demuestran el cambio de época. Si bien una nueva generación de dirigentes se hace ver, surge de las mismas disidencias de la Lista Marrón , tal el caso del candidato a Secretario General adjunto Ruiz antiguo referente de la Lista Marrón. La lista ganadora se impone con 1371 votos contra 1288 de su rival. Asumen el 21 de agosto los nuevos dirigentes, en su mayoría jóvenes, entre ellos Víctor González Sec. Gral.; Juan Manuel Ruiz, Sec. Adjunto; Fernando Páez, Sec. Administrativo; Albino Rodas, Sec. Gremial; y la que estimamos sería la primera mujer Secretaria Ana Fernández de Greco, Sec. De Prensa y Cultura. En otros cargos Norberto San Juas, Juan Farrell, Antonio Di Corrado, Lorenzo Brión, Rubén Viviani, Kurt Schilling, Oscar Amor (Quien en diciembre de ese año asume como Sec. Gremial por renuncia de Rodas), Victorio Gissara, José Costa (Quién en 1974 asumiría como Sec. Adjunto de la Federación), Susana Ballesta, Ángel Giménez, Cristóforo Paz, Juan Cruz, Luis Zago, Héctor Cresta, Teodoro Agaler, Antonio La Bella, Felipe Fiore, Atilio González, Carlos Mercenaro, Ricardo Aguilar. En el acto de asunción hablaron en primer lugar Ítalo Martelli de la saliente Lista Marrón, Luego Albino Rodas, Juan Manuel Ruiz y Víctor González. Martelli en un recordado discurso llama a la unidad del gremio y a la lucha en común por el retorno de Perón a su patria. Juan Manuel Ruiz flamante secretario adjunto expresa: “Quiero aprovechar la ocasión que me brinda el destino para llegar a las plantas, a las oficinas, a los sacrificados compañeros de turnos. Los que forjan los talleres con su capacidad y esfuerzo la grandeza de nuestra empresa. Para todos ellos mi estima de trabajador. Desde este puesto de lucha, siendo mis principios argentinos, nacionales y populares, tengo en cuenta que todo círculo cerrado es negativo. Abro las puertas de esta secretaría a todos los trabajadores de buena voluntad para nutrirme de sus consejos y amistad” Cierra el encuentro el nuevo Secretario General Victor González “La Lista Naranja surgió del Frente Usina Corrales, formado por 300 compañeros y compañeras, activistas gremiales, al que le dieron apoyo la Agrupación Punzó, la Agrupación Libertario Ferrari, Agrupación Peronista de Base de la CGT de los Argentinos, y la J.P. de Gas del Estado. Este gremio es nuestro, compañeros y es nuestra obligación mejorarlo. Pensamos lograr un modelo ideal de sindicato. Es difícil conseguirlo, pero no imposible. Exhortamos a toda la masa afiliada a no claudicar en la lucha. Es esta nuestra misión en esta hora difícil de la Patria. No luchamos por nosotros, luchamos por nuestros hogares, por el porvenir de nuestros hijos, por la educación y la cultura integral al servicio del pueblo, con plena ocupación, por la defensa de nuestra soberanía” Los nuevos dirigentes fueron ovacionados por cientos de compañeros que asistieron al acto y con la amenazante presencia de la brigada de la Policía Federal en la puerta del sindicato. En el cierre cantaron el Himno Nacional y luego la Marcha Peronista. El cambio de rumbo se ve en las primeras acciones al adherirse el sindicato nuevamente a la CGT de los Argentinos por su estrecha vinculación con Raimundo Ongaro su Sec. Gral.
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Del exilio al poder
A las 11.20 de la mañana del 17 de noviembre de 1972 el avión de Alitalia aterrizó sereno en la pista del aeropuerto de Ezeiza. Trajo de regreso a Perón después de 17 años de exilio. No pudieron con él, y menos con el pueblo que hizo del “Luche y Vuelve” una consigna de supervivencia. No tuvieron la mas mínima capacidad de hacer olvidar, ni un sólo día, la existencia de un líder que había calado hondo en el sentir popular. Ahí estaba, por la lucha inclaudicable de la clase trabajadora organizada, por los sindicatos que no escatimaron esfuerzos, que muchos pagaron con su propia vida y que no llegaron a ver el retorno del líder, y hasta con una juventud que veía en esa lucha el retorno a una revolución inconclusa en los relatos de sus mayores. Por los que escribieron miles de hojas, muchos con mea culpa, de lo que había sido para los pobres y los desposeídos el gobierno de Perón. Era un hombre descarnado que llegaba a su patria en busca de un pedazo de tierra que pronto contendría a sus huesos. Había llegado el “maldito”, el tantas veces insultado y denigrado por el poder imperial, el injuriado por todos los diarios, al que le habían inventado todo tipo de falsedades. Había aterrizado un hombre que ya era historia. A su arribo, desató una tormenta, no sólo en la pista, sino en la sociedad argentina. “A Perón no le da el cuero” dijo un presumido presidente de facto y poco tiempo después, en elecciones donde no se proscribió al peronismo, pero sí a Perón, no pudo evitar que el 11 de marzo de 1973 el Frente Justicialista de Liberación Nacional con la fórmula Campora Solano Lima ganara con el 49,7% de los votos y seis meses después el mismo Perón asumiera por tercera vez la presidencia de la Argentina ganando por el 62% de los votos. Atrás quedaban los años de resistencia, aunque la lucha se desatara en una contienda política tan inusitada como trágica. La disputa política se manchó con sangre y el líder que había podido a todo, no pudo con la beligerancia de una época que enlutó al pueblo y favoreció a los que agazapados detrás del poder real vieron otro 1955 en ciernes, pero esta vez con la sed de venganza que haría escarmentar para siempre el intento revolucionario más digno de la historia del siglo XX argentino. Sin embargo, por esos años, los trabajadores agrupados en sus organizaciones sindicales pudieron ascender social y económicamente porque, entre otras tantas cosas, los convenios colectivos de trabajo que fueron y siguieron siendo, en su mayoría, útiles hasta bien entrado el siglo XXI. A su vez, con la promulgación de la ley 20744 de contrato de trabajo colocaba los derechos del trabajador en la cúspide de la normativa mundial. El pueblo se sentía parte de ese proceso y la “columna vertebral” la constituía la clase trabajadora organizada. Ya no sólo se daba en los aspectos profesionales y reivindicativos sino en el derrotero de los destinos que en materia energética le tenía reservado el peronismo en el ejercicio del gobierno y los poderes legislativos. “El sindicato era un hervidero, la sociedad era un hervidero.. Cientos, miles de jóvenes discutíamos en asambleas, en reuniones y hasta en nuestras casas, los destinos de la empresa en un proceso que se avecinaba glorioso e irreversible. Ya no había marcha atrás. Las mujeres, las compañeras habíamos ganado un lugar en la lucha y ya no éramos las que no participábamos o nos íbamos a casa después de la hora de trabajo. Las compañeras comenzamos a ir a reuniones sindicales a discutir el plan energético, las condiciones del trabajo, a ser elegidas delegadas..” Cristina Rainieri- ex delegada “Hacia fines de los 60 tomo la decisión de desafiliarme de la APJGE y afiliarme al sindicato de los obreros y trabajadores del gas. Ahí en ese sindicato estaban los soldadores, los empleados, los inspectores. Ese era el lugar que entendí debía estar… Comencé a asistir a reuniones donde se crearon mesas de trabajo. Mesas de trabajo donde se discutía la cuestión energética nacional, donde se discutían los costos de los gasoductos, las licitaciones. Esas mesas de trabajo le caían muy mal a las empresas contratistas. Empresas que tenían hombres dentro de la empresa. Empresas contratistas (SADE, TECHINT) que eran proveedores no solamente de proyectos sino de maquinas, chapas, caños y válvulas. Toda esa gente con nosotros perdía, porque nosotros, no íbamos a fabricar turbinas en la Argentina, pero si íbamos a controlar y eso no querían. No querían que nos metiéramos, de la mano de un gobierno popular en sus negocios. Negocios que durante 18 años hicieron a su gusto y eso nosotros no estábamos dispuestos a que continuara. Lo íbamos a realizar con el apoyo fundamentalísimo del sindicato. Ahí empezamos a ser odiados profundamente. Estaba en ciernes el golpe militar y todo eso hacía que como sindicato y trabajadores fuéramos enemigos fundamentales de los que en poco tiempo darían el golpe” Lic Miguel Nuñez Cortés ex empleado GE El diario Clarín del 5 de agosto de 1973 en su página de gremiales informa que se realizaron nuevas elecciones en el Sindicato del Personal de Gas del Estado. “La lista Naranja encabezada por Juan Manuel Ruiz y Carlos Amieiro para secretario general y secretaría adjunta respectivamente de la entidad, se impuso en las elecciones de renovación del Sindicato del Personal de Gas del Estado. (Capital y Gran Buenos Aires) Según informó la Junta electoral del sindicato, los resultados fueron: Lista Naranja: 2249 votos. Lista Azul y Blanca: 1356 votos. Lista Rosa: 402 votos. Lista Violeta:82 votos. Sobre un padrón de 5240 afiliados votaron 4110, siendo 11 votos anulados y en blanco. El nuevo elenco directivo asumirá esta noche integrado además por: Norberto Fernández: administrativo, Daniel Rizzo: de actas, Oscar Amor: gremial Antonio Di Corrado: de prensa y cultura; Sebastián Tangelson: de previsión social Teodoro Agaler de organización; Lorenzo Brion: tesorero; Aníbal Martínez: protesorero” Las 62 Organizaciones habían dado su apoyo y aval a los candidatos de la lista Azul y Blanco. La Lista Marrón no se presentó a las elecciones del sindicato de Capital Federal pero mantuvo su permanencia en la federación. Tres CCT se firman en esos años entre 1973 y 1975 quizás de los mejores de la era Gas del Estado. En 1973 por La Federación son miembros paritarios Oscar Aparicio, Enrique Martinez, José Fabricotti, Alejandro Machaca, y Ricardo Galante. La Comisión Paritaria de 1974 estaba formada por: Osvaldo Ocampo (Secretario Gremial) Neuquén- Rio Negro. Jorge Solano Rosario; Carlos Amieiro Capital; Jorge Rizza Comodoro Rivadavia y Zona Sur; José Dioguardi Córdoba. Se elaboró bajo la consigna. “Que las bases sean artífices de su propio destino, y jamás instrumento de la ambición de nadie” según Mandato XV Congreso “De la Reconstrucción y Liberación para la Clase Trabajadora Argentina” Entre los primeros artículos se puede leer claramente que queda expresamente prohibida la persecución por ideas sindicales y/o políticas. Este artículo delata por lo que debieron pasar muchos de los trabajadores que por defender una idea o a sus compañeros u organizarse sindicalmente expuestos al acecho y acoso de los sectores representantes de los gobiernos de facto de la época. A comienzos de 1974 la Federación es presidida por Juan Facciolo integrante de la Lista Marrón y José Acosta adjunto por la Lista Naranja. Bajo ese mandato se firma el CCT más importante de la historia de los trabajadores de Gas del Estado hasta ese momento durante el gobierno de Isabel Martinez. La Lista Naranja estaba formada por varias tendencias. Había peronistas, una escisión de Lista Marrón (Juan Manuel Ruiz, Di Corrado y Brion), del Partido Revolucionario de los Trabajadores (Amor, Fernández), Juventud Trabajadoras Peronista, (Abaria, Martínez, Agaler) e independientes de izquierda (Tangelson, Amieiro, Rizzo). “Hacia fines de los 60 la Lista Marrón conducía tanto el Sindicato como la Federación. Un dirigente de aquellos tiempos era el Coco Martelli, de las 62 Organizaciones Peronistas. En los 70 ganó la Lista Naranja con Víctor González como Secretario General. También no debemos olvidar a otros dirigentes de aquellos tiempos como Juan Manuel Ruiz, Salvador Manganaro, Juan Faciolo, El Colorado Pérez, Ernesto Dovalo, Hugo Rizzutto, Rubén Servio, Daniel Rizzo, entre otros. No todos pensaban lo mismo y muchos de estos que te nombre se enfrentaron, pero son parte de nuestra historia … la mayoría eran peronistas, unos de izquierda y otros mas ortodoxos. También había radicales y del PCR” Pascual Tito Grillo. Ex dirigente Como resultado del accionar de la Triple A y de los enfrentamientos de las distintas tendencias políticas de la época, en agosto de 1974, en plena madrugada de ese frío invierno, estalló una bomba en el edificio de la sede capital del sindicato de la Av. Entre Ríos al 1300. El entonces secretario general Juan Manuel Ruiz se entrevista, al día siguiente, con Ricardo Otero el ministro de Trabajo de la flamante presidenta Isabel Martínez. De esa reunión además participa, según dejó testimonio desde Barcelona Carlos Amieiro, Lorenzo Brion. Ante la amenaza de intervención del sindicato renunciaron Alfredo Abaria, Carlos Amieiro y Aníbal Martínez. La reunión de la comisión directiva no se hizo esperar. Ruiz pidió que los compañeros aceptaran retirarse de la conducción para que no se produzca la intervención, cosa que aceptaron los tres mencionados.
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La larga noche de la dictadura cívico militar
El 24 de marzo de 1976 amaneció con las FFAA otra vez en las calles de todas las ciudades del país interrumpiendo el proceso democrático. Esta vez, con un alto contenido de violencia generalizada. Tuvo un luctuoso resultado final de 30 mil detenidos desaparecidos, 100 mil presos políticos, 500 mil trabajadores cesanteados, en su gran mayoría delegados y dirigentes sindicales. El tiro fue al corazón de la clase trabajadora, al modelo de distribución de la riqueza encauzado por las políticas peronistas de los años que fue gobierno (1946-1955, 1973-1976) El revanchismo clasista no tuvo límites ni decoro. Se violaron las elementales formas de convivencia civilizada y por siete años reinó la más cruenta de las represiones hacia el pueblo que se tenga memoria. Se la llevó a cabo en nombre de la paz, de las “sanas tradiciones” y de los valores occidentales. Se secuestraron hombres, mujeres y niños. Se le negaron la identidad a nacidos en cautiverio, se los apropiaron entregándolos a quienes colaboraban con el régimen impuesto mientras a sus madres las mantuvieron secuestradas y en su mayoría arrojadas vivas desde aviones al Río de la Plata. En mayo de 1977, el general Ibérico Saint Jean, gobernador de la provincia de Buenos Aires, declaró: “Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después a sus simpatizantes, enseguida a aquellos que permanecen indiferentes y finalmente mataremos a los tímidos” Se intervinieron todas las instituciones democráticas; parlamento nacional y provinciales, concejos municipales, organismos del Estado, empresas públicas, radios y televisoras, casi todos los sindicatos y la CGT. Al frente del Ministerio de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, hijo dilecto del poder financiero, emprendió una tarea de “liberalización de las fuerzas productivas” como él mismo la definió y puso en marcha un modelo de desmantelamiento del Estado argentino productivo e inclusivo por otro, subsidiario de las empresas contratistas nacionales y extranjeras. Se endeudó al país por siete veces y el más terrible ajuste se llevó a cabo en las áreas de salud y educación pública. Se generalizaron despidos masivos no sólo en empresas privadas sino en la mayoría de las empresas del Estado Nacional con el pretexto de la modernización de los sistemas económicos financieros y del peligro que se corrían con “elementos pertenecientes y colaboradores de la subversión”. Gas del Estado fue intervenido por una Resolución del P.E. y se designó al coronel Sergio Ricardo López Campos al frente del organismo. Desde los primeros días se declaró la persecución sindical y política contra el personal de la empresa. Según datos obtenidos de la SIGEP (Sindicatura General de la Empresas Públicas) de esos años queda demostrado de esta manera: En 1975 Gas del Estado registraba 10.906 agentes y en 1978 baja a 9.984, es decir 922 menos, casi un 10% de la dotación total. La persecución a los trabajadores de las empresas del estado fue constante y sistemática. Con fecha 22 de abril de 1976 llegan los primeros telegramas a la casa de 55 compañeros y compañeras con la firma del Coronel Sergio Gómez Campos. En la lista figuran muchos ex dirigentes de las comisiones directivas. En esa lista no hacen distinciones ideológicas, fueron cesanteados por su sola condición de haber sido parte de un sindicato que con sus luces y sus sombras trató de dar respuesta a los aconteceres de una historia que tuvo ribetes tan luminosos como desgraciados. Entre esos figuraban Hugo Rizzuttto, Rubén Cervio, Carlos Amieiro, Daniel Pires Mateu, Ruben Califano, Albino Rodas, Anibal Martínez, Miguel Núñez Cortés, Juan Carlos López y 46 más. Poner legajo De la mano de los lineamientos generales del Proceso de Reorganización Nacional se achicó al Estado según un plan que a poco de asumir dispuso el ministro de economía de Videla, el Dr Alfredo Martínez de Hoz, abogado del sector financiero que para imponer un sistema de especulación necesitó aniquilar el sistema productivo de la Argentina. Dicho plan implicó una reconfiguración del régimen de acumulación de capital, basado en el desplazamiento de la industria como eje ordenador y dinámico de las relaciones sociales y económicas, lo cual creó las condiciones y posibilidad –Reforma Financiera de 1977 mediante– para el desenvolvimiento de las actividades especulativas y de corto plazo. También debía destruir a un estado productivista y regulador dejando todo en mano de un mercado especulador cuyos únicos logros fueron la renta financiera. En este marco los y las trabajadoras del Estado Argentino fueron la conciencia acusadora de un modelo de inclusión social de altísima calidad profesional como era el de los y las trabajadoras de Gas del Estado. Nunca se sabrá con exactitud la magnitud de aquella cacería humana con la mira puesta en la destrucción de las entidades sindicales. “El 12 de octubre del 76 fui cesanteada y con el argumento del contador García La Plaza que para que no tuviera problema con la nueva situación me ofrecían el retiro voluntario. No me permitieron entrar a mi oficina nunca más, ni siquiera despedirme de mis compañeros a los cuales por mucho tiempo no vi. El miedo se manifestó de muchas maneras, porque cuando sos delegada, en esa época eras un peligro. Muchos compañeros ya no te invitaban a tomar mate, te atendían en la puerta o te podían decir que vuelvas en otro momento. Implantaron el terror y sacaron lo peor de cada uno de nosotros. El padre de mis hijos y yo nos quedamos sin trabajo y comenzamos a darnos cuenta de a poco lo que estaba pasando de verdad” Cristina Rainieri Ex dirigente “Yo estaba en planta Caimancito en Salta y me citaron para que bajara a Buenos Aires. Fui acompañado por un dirigente del sindicato y me dijeron que así como estaba que agarrara todas las cosas y me fuera antes que sea tarde. Les dije: ¿Pero a donde? No sé pero rájate cuanto antes, me dijeron de personal. Y me fui de nuevo a Mendoza con mi mujer y mis dos hijos…. Comparado con otros compañeros, tuve suerte. Aunque todos los días y por mucho tiempo a mí y a los que estaban en mi situación nos seguían todo el tiempo. Pasaban con los Ford Falcon y se hacían ver, para que sepas que te estaban vigilando..” Testimonio de Enzo Acosta ex delegado “Mas allá de los aprietes cotidianos nos dimos cuenta enseguida que como sindicato o como simples empleados les íbamos a molestar. El 24 de abril llegó un telegrama a mi casa firmado por el interventor, comunicándome que por razones de servicio quedaba fuera de la empresa. Me prohibieron la entrada hasta en las sucursales donde íbamos a pagar el consumo de gas” Ing Juan Carlos López ex miembro paritario 1973 Hasta la fecha se registran los siguientes trabajadores y trabajadoras de Gas del Estado detenidos desaparecidos. Luis Falú Detenido desaparecido 19/09/76 “Lucho” Falú fue secuestrado a los 25 años, algo más de un mes después de que dos agentes del Servicio de Inteligencia, le dijeron: “Hacé una lista con los nombres de esos zurditos amigos tuyos”. Como Falú se negó, lo secuestraron a 50 metros de su casa, al mediodía, cuando volvía de su trabajo en Gas del Estado. En julio de 2016, el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó los restos de Falú, en el Pozo de Vargas.  Liliana Galarza Detenida desaparecida 18/11/7 Nació en Godoy Cruz, Mendoza, en 1952. Compartía con su pareja, Ricardo “Pancho” Molina, la militancia en el peronismo. Con veinticuatro años, fue secuestrada en la vía pública en la ciudad de La Plata el 20 de noviembre de 1976 estando embarazada. Permaneció en cautiverio en la Brigada de Investigaciones de dicha ciudad donde tuvo a su hija, María Mercedes, el 4 de abril de 1977. La niña, fue entregada a sus abuelos materno Alejandro Masriera 25 años. Militante de Juventud Peronista y Montoneros. Empleado en Gas del Estado. Secuestrado-desaparecido el 10 de julio de 1976 en calle Argentina Nº 544, Castelar, partido de Morón, provincia de Buenos Aires. La madre de Alejandro fue una de las primeras “Madres de Plaza de Mayo” que reclamó por aparición con vida de su hijo y los otros 30 mil desaparecidos.   Roberto Arancibia Detenido desaparecido 11/05/77 Miembro paritario CCT 1965 y dirigente de la Federación en representación del Sindicato de Trabajadores de Gas del Estado de Salta- Jujuy (Testimonio de su hija) “El 11 de Mayo de 1977 rompieron la puerta de mi casa, golpearon y lastimaron a mis papás en presencia mía y de mi hermano. Se robaron todo. Pese a esto mi papá no bajo los brazos y valientemente grito “viva el ERP”, mamá preocupada por nosotros le recordó a mi hermano nuestros nombres y que teníamos una abuela en Salta. Mi papá Roberto Ramón Arancibia también era un salteño que nació un 11 de Noviembre de 1938. Era morocho, alto, bien corpulento, una ironía para su apodo que tenía desde pequeño “chiquito”, aunque en el ERP era conocido también por Eloy. Le encantaba las empanadas, la guitarra y las reuniones sociales. Alicia Peralta Detenida desaparecida el 25 de setiembre de 1976, empleada de Gas del Estado de Mar del Plata. Llegó de su Bahia Blanca natal para estudiar en la universidad de Mar del Plata, hija de Elmo Peralta un trabajador de Gas del Estado ingresó a la empresa en 1972. Militaba en la JUP con su compañero Jorge Alvarez (El Negro Alegria). Tuvo un hijo en cautiverio Facundo Álvarez, actualmente vive en Bahía Blanca. Joaquin Barrena Desapareció, el 19 de mayo de 1976 fue asesinado en la vía pública, en Bahía Blanca (Buenos Aires), mediante una ejecución efectuada por personal retén militar, en un puesto de control o de seguridad. Tenía 40 años. Inició su actividad laboral el 25 de octubre de 1965, como Técnico Industrial en la Superintendencia General de Obras – Gasoducto del Sur con asiento en Pico Truncado, bajo legajo personal n° 31.750. Su contrato fue dado de baja el día posterior a su fallecimiento, en el mes de mayo de 1976. Su legajo fue reparado en el marco del Decreto n° 1199/2012 del Poder Ejecutivo Nacional. Carlos Cañón Desapareció, el 9 de junio de 1977 secuestrado de su domicilio en el barrio de Caballito (Capital Federal), mediante un operativo ilegal de detención y posterior desaparición forzada. Tenía 33 años. Por testimonio de ex detenidos, fue visto en el CCD Club Atlético. Inició su actividad laboral el 28 de junio de 1971, como Técnico Industrial (categoría IV 3 A), en la Gerencia Comercial de la Delegación Gran Buenos Aires. Dos años después, en 1973, es ascendido a encargado en la misma sección. El 21 de abril de 1976 se concreta su cesantía, determinada por las autoridades militares del Organismo, quienes aplicaron las disposiciones de la Ley 21.274 de prescindibilidad en la Administración Pública. Al año siguiente se produciría su desaparición forzada. Mario Romero Militante sindical. El 10 de agosto de 1978 fue secuestrado en la vía pública, por la zona de Balvanera (Capital Federal), en un operativo ilegal de detención y posterior desaparición forzada. Tenía 31 años. Por testimonio de ex detenidos, fue visto en el CCD El Banco, como así también se probó en causa judicial su paso por el Hospital Militar Central. Es un caso incluido en causa judicial en la que se investigaron, probaron y condenaron delitos de lesa humanidad. Sentencia dictada por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, en Causa Nº 13/84 (Causa 13) diciembre de 1985. Sentencia dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 de Capital Federal, en Causas Nº 1668 y 1673 (ABO) diciembre de 2010. Sentencia dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 de Capital Federal, en Causa Nº 1824 (ABO [bis]) junio de 2012. Oscar Romero Desapareció el 12 de mayo de 1978 secuestrado de su domicilio, en Capital Federal, en un operativo ilegal de detención y posterior desaparición forzada. Tenía 33 años.
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La dictadura ataca a la “Columna Vertebral”
El golpe de estado cívico militar de 1976, como hemos analizado, produjo un retroceso del estado de bienestar y un retorno al status quo anterior a 1946. Las conquistas sociales, como también el modelo soberano de desarrollo fue averiado por debajo de su línea de flotación con las consiguientes pérdidas sociales y humanas. A partir de 1980 un nuevo modelo social emerge altivo y soberbio de características propietaritas y elitista que finalmente se impone como ideología liderado por el Consenso de Washington. Su objetivo era, a través de los organismos dependientes de Washington como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, imponer fórmulas de política económicas que propugnaran la estabilización macroeconómica, la liberalización de las inversiones extranjeras, la reducción del estado, y la expansión de las fuerzas del mercado fundamentalmente financiero. El movimiento obrero argentino fue una de las resistencias más férreas a la dictadura militar. Las dos terceras partes de los detenidos desaparecidos son obreros y obreras. Era común ver en los establecimientos fabriles del conurbano bonaerense, del cordón industrial de Córdoba y del Gran Rosario entrar a punta de fusil y secuestrar trabajadores y trabajadoras, igual que de las barracas de los ingenios azucareros del norte, como las sedes de las Ligas Agrarias de la Mesopotamia, o en las oficinas administrativas de los centros urbanos. Irrumpir en los lugares de trabajo como “grupos de tareas” y secuestrar empleados delante de sus compañeros fue parte de un plan de disciplinamiento, exterminio y terror. Muchos fueron delatados por las propias patronales que sirvieron de apoyo a la inteligencia que la dictadura implementó sobre la clase trabajadora. A modo de trágico ejemplo recordamos a Ricardo Naidich, delegado de la sede Alsina, lugar donde una mañana se lo “chuparon”. Fue llevado a la ESMA secuestrado y liberado tres días después. En un desesperado raid pudo salir del país, primero al Paraguay y luego a Brasil escapando del Plan Condor, donde pudo pedir asilo en la embajada sueca. “Sobre 800 empleados teníamos 30 delegados en la sede Montes de Oca de Gas del Estado. Muchos de ellos de la “tendencia”. Todos fueron cesanteados, nunca más volvieron a la empresa y no pocos se tuvieron que exiliar en México y España” Cacho Constanzo. Ex dirigente “Durante la dictadura eran épocas muy jodidas. Nosotros nos reuníamos arriba de la carpintería. Había una escalera que te llevaba a un primer piso de ahí otra que te llevaba al segundo donde había un cuartito donde se guardaba la pintura y otras cosas para mantenimiento. Ahí teníamos nuestro espacio donde nosotros comíamos también. Por esa época laburábamos de 7 a 17 con una hora para comer. Ese fue el primer “manijódromo” donde nos juntábamos, un compañero de la Juventud Peronista y otro compañero y yo que habíamos empezado a militar en el MAS. Hablábamos sobre la deuda externa y cómo transitar el camino hacia la democracia. Claro que todo esto pasaba en ese cuartito. Después empezaron a venir otros compañeros…Pedro García que era delegado de Montes de Oca, Rubén Ruiz, Mary Penacchio…” “Acá nosotros cambiamos muy poco de delegados, la gente los asumía como propios. Estaba Galoppo, después vino Di Pino con Di Fiore, que era el cabeza de la Lista Gris” Osvaldo Curcio ex delegado Con la CGT intervenida y disuelta, el movimiento obrero argentino igualmente se organiza en varios grupos, como la Comisión de los 25, que nucleaba, junto a la Federación de Trabajadores del Gas, a los sindicatos de Aguas Gaseosas, Cerveceros, Alimentación, Estatales, Telegrafistas, Conductores Navales, Camioneros, Telepostales, Papeleros, Gastronómicos, Luz y Fuerza, Mineros, Mecánicos, Telefónicos y Viajantes. Firman una declaración: “Sentimos sobre nosotros la mirada inquietante de los trabajadores que podrían sentirse abandonados a su suerte, lo que determina nuestra decisión de colocarnos a la cabeza de la protesta que se generaliza para unificarla con la decisión de una propuesta nacional”. Mientras algunos sindicatos enfrentaban las políticas de la dictadura, otros denominados “dialoguistas” participaban de encuentros con los funcionarios militares y hasta fueron parte de la delegación argentina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dos meses después de producido el golpe. El 27 de abril de 1979 la Comisión de los 25 llama a la primera huelga general contra la dictadura, a la que se opone la CNT. En septiembre de 1979 se concreta una Central Única llamada CUTA (Central Única de los Trabajadores Argentinos), pero duró menos de un año. El 15 de noviembre el gobierno militar sancionó un decreto ley prohibiendo que los sindicatos formaran confederaciones y centrales sindicales. Desafiando el decreto, al año siguiente la Comisión de los 25 impulsó la recreación de la CGT, a pesar de su ilegalidad explícita, bajo el nombre de CGT Brasil, eligiendo a Saúl Ubaldini como Secretario General. De otro sector sobresalen Ramón Baldassini de Correos, Jorge Triaca de Plásticos y Armando Cavalieri de Comercio con la CGT Azopardo. La dictadura militar después de la guerra por Malvinas se vio desbordada por la protesta social. El 30 de marzo de 1982 la CGT Brasil convoca a una masiva movilización a Plaza de Mayo con el resultado trágico de un asesinado, el compañero Benedicto Ortiz de Mendoza. Los organizadores son detenidos, entre ellos Pablo García, de la Lista Marrón del Sindicato de Trabajadores de gas del Estado que llegó a ser elegido, unos años mas tarde, Secretario General del sindicato. Las huelgas y las protestas se generalizaron. El 22 de septiembre de 1982 la CGT Brasil convoca a una huelga general con movilización a Plaza de Mayo bajo el lema «Paz, Pan y Trabajo», con alto acatamiento. En el seno de la actividad sindicato, casi clandestinamente, los trabajadores de Gas del Estado comienzan con los encuentros entre los dirigentes que desde el comienzo de la dictadura se vieron perseguidos, cesanteados y simplemente prohibidos de ejercer su trabajo sindical. Los militantes de la Lista Marrón y la Lista Naranja realizan las primeras reuniones, al principio informales, tendientes a la recuperación de la herramienta gremial mas importante de la que disponían; el sindicato.
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Saúl querido…
Cabe aquí recordar quien fue Saúl Ubaldini. Nació el 29 de diciembre de 1936 en el barrio de Mataderos, hijo de Antonio y de Carmen ambos obreros. Su padre era trabajador del Frigorífico Lisandro de la Torre. Por las políticas públicas del General Perón, Saúl fue un joven que a pesar de provenir de un hogar muy pobre pudo terminar sus estudios secundarios recibiéndose de técnico industrial. Trabajó en talleres mecánicos, fue repartidor de diarios hasta que su padre le consiguió un puesto en el frigorífico. Desde siempre, quizás desde su niñez, fue peronista y como tal se sumó a la militancia sindical, como delegado de base y compañero del mítico dirigente del sector Sebastián Borro. Por el golpe de estado de 1966, que llevó al poder al Gral. Onganía, fue despedido del frigorífico porque ya “lo tenían marcado” como activista gremial. Al poco tiempo entró a trabajar en la Compañía Argentina de Levaduras, desde donde comenzaría su trayectoria sindical en el Sindicato de Cerveceros. En esos años formó familia con Felisa Pazos y años después con Margarita Muñoz y fue padre de tres varones. En 1972 fue elegido Secretario de la Federación Cervecera y en 1976 Secretario General. Cuando la dictadura atravesaba por su momento más duro, Saúl se une en 1977 a la Comisión de los 25. Por esos días hace llegar a sus compañeros el siguiente comunicado: “Debemos comprometer hasta la última gota de nuestra sangre para impedir que se repita otra dictadura que, como ésta, suma al país en oprobio, miseria, hambre y dolor de perder a sus mejores hijos; siendo la democracia el único medio que conocen los pueblos libres para hacer sus revoluciones en paz”. A comienzos de 1979 Ubaldini pasó directamente de la Federación Cervecera a ocupar la secretaría general de la CGT, y al producirse la división entre la CGT ‘Azopardo’ y la CGT ‘Brasil’, optó por la segunda junto a Lorenzo Miguel, Diego Ibáñez y al ‘sector de los 25’ Roberto Digón de los Tabacaleros, José Pedraza de Ferroviarios, Roberto García de Choferes de Taxi asumiendo la conducción de la misma en diciembre de 1980. Ya como secretario General de la CGT Brasil, el 7 de noviembre de 1981, convocó, en el barrio de Liniers, a una marcha a la que asistieron unas 10 mil personas en reclamo de pan y trabajo a San Cayetano, constituyendo la misma, la primera expresión multitudinaria de oposición al gobierno militar. Saúl Ubaldini fue un dirigente a la altura de la historia. Más adelante nos dedicaremos a analizar su participación en la recordada movilización del 30 de marzo de 1982, de su oposición al gobierno de Raúl Alfonsín y su enfrentamiento a las políticas del presidente Menem en el MTA y hasta sus flaquezas y ocaso. “El sindicalismo a mi me apasiona. Mi papá fue socio fundador del sindicato. Yo tengo su carnet. Yo, lo primero que hice, en 1979 cuando entré fue preguntar cómo hacía para afiliarme y un compañero me dijo “¡pero hay un interventor!” porque era dictadura y yo le dije “no importa yo me quiero afiliar igual” quería hacer algo, quería participar. Que no quedara como que no había hecho nada. Y en la gran huelga el 30 de marzo del 82, estábamos trabajando en Alsina 1170, y salimos del trabajo justo cuando pasaba cerca una de las columnas de la CGT y esa fue la primera vez que marché. A las cuadras no más nos lanzaron gases lacrimógenos y nos pegaron a nosotros que salíamos de trabajar. Después a los dos o tres días empezó lo de Malvinas” Filomena Penacchio ex delegada
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De la Guerra de Malvinas a la reorganización sindical de los trabajadores del Gas
Con el resquebrajamiento de la dictadura, la Argentina atravesó la Guerra de Malvinas (1982) de característica anticolonial conducida por quienes nunca comprendieron las gestas libertadoras convirtiéndose en verdugos de su propio pueblo. La dictadura no supo, no quiso o no comprendió el sentido profundo de la gesta. Abandonaron, tras la derrota, a los verdaderos héroes, desde oficiales y suboficiales hasta simples soldados, que nunca pusieron, hasta el día de hoy, una pisca de duda sobre los motivos de nuestro reclamo nacional. Sabida es la heroicidad de los combatientes de Malvinas, pero no tanto se supo de las tareas y el valor de un puñado de trabajadores de Gas del Estado en las islas. Todo comenzó a principios de la década del 70 con un lento pero seguro intercambio entre el archipiélago y el continente. A través de convenios bilaterales Argentina e Inglaterra establecieron de común acuerdo que empresas como Líneas Aéreas del Estado y Gas del Estado suministrasen insumos y servicios a los habitantes del lugar. Los vaivenes de las siempre tirantes relaciones impusieron múltiples situaciones, pero no impidieron que un grupo de trabajadores pusiera todo su ingenio para nunca dejar sin abastecimiento de gas a las islas. Ese es el caso de Alfredo Pizzorno, quien dejó testimonio de un suceso anterior a la guerra que pinta de quien estamos hablando y de los demás compañeros que acompañaron sus emprendimientos “Sucedió a principios de la década de los ochenta. Hasta aquel entonces, era usual el envío periódico de cilindros cargados con 45 kg de GLP (Gas Licuado Propano) desde el continente hasta la planta de almacenaje en Puerto Argentino, a través del mar, usando los buques “Bahía Buen Suceso” e “Isla de los Estados”. El transporte de gas estaba condicionado a las relaciones amigables entre los grupos malvinenses más recelosos con la Argentina y el representante de Gas del Estado en las Islas Malvinas, quien también era agente de Líneas Aéreas del Estado (LADE) y delegado del Ministerio de Relaciones Exteriores Argentino. Cada vez que las relaciones se tensaban –normalmente, por temas de soberanía–se impedía el desembarco de los cilindros de GLP, ya que la principal sociedad integrante de esos grupos, la Falkland Islands Company (FIC), era propietaria del único puerto de aguas profundas apto para el atraque de buques de ultramar en Puerto Argentino. Por consiguiente, en esos períodos de relaciones tirantes, la FIC no otorgaba el permiso de amarre y descarga a los buques. Así, se producía el consiguiente desabastecimiento de gas. Entonces, las relaciones con aquellos grupos antagónicos eran verdaderamente rígidas y repercutían, de manera negativa, en la continuidad del servicio. Los cilindros de gas de los malvinenses se fueron vaciando, y los pedidos de reposición no podían ser atendidos. Ello motivó que el representante argentino, a través del sistema de radio de LADE, comunicara a Gas del Estado la necesidad urgente de reabastecer a la planta de almacenamiento del German Camp con 800 cilindros de 45 kg de GLP. Asimismo, explicó que la FIC negaba el permiso de amarre y descarga en el puerto marítimo de Puerto Argentino. En consecuencia, según manifestó, la suspensión del servicio de distribución de GLP era “inevitable” si no se revertía la situación. Esto mismo se informó al Departamento Malvinas de la Cancillería Argentina. Y, aunque la responsabilidad de mantener el servicio de distribución de GLP era de Gas del Estado, esta vez la Dirección General de la Antártida y Malvinas (MRE), que propiciaba todas aquellas acciones desarrolladas en el archipiélago –sobre todo las que significaran reforzar los vínculos entre los isleños y la Argentina Continental– se preocupó por la posibilidad de que se interrumpiera la distribución de combustible. Rápidamente, se convocó a todos los representantes de los organismos oficiales que tenían intervención en el transporte, el almacenamiento y la distribución de cilindros de GLP en el archipiélago de las Malvinas. Así, concurrieron a la reunión los representantes de LADE, de las Fuerzas Armadas, del Servicio de Transportes Navales de la ARA, de la Dirección General de la Antártida y Malvinas (MRE), entre otros. Por Gas del Estado, concurrió quien esto escribe en su condición de representante ante la Comisión Conjunta Argentino-Británica. Se barajaron ideas –todas se discutieron–, hasta que finalmente se resolvió implementar un operativo que transportara y descargara los cilindros en Puerto Argentino, pero prescindiendo del muelle de la FIC. La respuesta vino del representante del Servicio de Transportes Navales, quien propuso utilizar un buque de la ARA que ya tenía programado un viaje de abastecimiento a las bases argentinas en el Continente Antártico y evitar el uso del muelle de la compañía británica. El plan fue aprobado por unanimidad. Era complejo y precisaba de mucha coordinación, ya que debía compaginar a todos los sectores responsables del transporte, desembarco y traslado de los cilindros hasta la planta de almacenamiento en la Isla Soledad. La planificación y puesta en marcha del operativo requirió, además, una minuciosa coordinación con la Administración Sur de Gas del Estado, que debía encargarse de llenar cada uno de los 800 cilindros con 45 kg de GLP y de depositarlos en el muelle del Puerto de Comodoro Rivadavia. Al mismo tiempo, también había que fijar con el representante argentino en el archipiélago el sitio y la hora del desembarco en algún punto de la costa. Este debía estar lo suficientemente alejado de la tierra como para no ser detectado por miembros de la FIC ni por las autoridades malvinenses. Una vez que la intervención de todas las partes estuvo consensuada y sincronizada, el buque partió de su base naval en el continente y puso proa hacia el Atlántico Sur. En el muelle inflamable del Puerto de Comodoro Rivadavia, esperaban los 800 cilindros con gas, ordenados uno al lado del otro para ser transportados hasta las Islas Malvinas. El buque llegó y cargó todo con total hermetismo acerca del destino final de los cilindros. Luego, siguió su camino al Sur, como si se dirigiera a las bases argentinas en el Antártico. El sigilo sobre el destino de la carga era una precaución necesaria, ya que había que evitar que se enterara la operadora radial de la estación privada presente en cierta vivienda de Puerto Argentino, habitada por una familia chilena. Esta radioaficionada trabajaba para la FIC y era el enlace y guía de los barcos mercantes que partían del Puerto de Montevideo, Uruguay, con cargas para la FIC. Como estaba planeado, al llegar a la latitud de Puerto Gallegos, la nave viró hacia el Este y puso rumbo hacia la Isla Soledad. Atravesó el Atlántico Sur hasta casi tocar la costa de la isla y la bordeó hasta alcanzar el Cabo San Felipe. Una vez allí, ingresó en la bahía de Puerto Argentino. Era de noche cuando ancló, en plena oscuridad y lejos de toda zona poblada. Las luces estaban apagadas; y el pabellón, arriado. El buque, silencioso, aguardó hasta que la marea llegó al nivel esperado y vio la señal luminosa que el representante de Gas del Estado había acordado enviar desde tierra firme. Entonces, con el mismo sigilo, comenzó la acción. En el punto pactado, los hombres comenzaron a acomodar los cilindros de GLP en lanchones de desembarco. Uno a uno, los lanchones fueron llevando su carga hasta la costa malvinense. En tierra, los cilindros eran recibidos por el personal que colaboraba con la oficina de LADE y cargados en unos carretones para trasladarlos a la planta de almacenaje. Todo el operativo se realizó sin el más mínimo ruido, entre hombres que trabajaban en la oscuridad. Con el mismo silencio, apenas subió la marea, el buque abandonó la bahía y se alejó por el Atlántico. En la isla, quedaron almacenados los cilindros del combustible que habrían de abrigar a la población de Puerto Argentino y de las estancias y localidades más alejadas. Al día siguiente, el representante argentino se encargó de comunicar al Gobierno local que se hallaba en condiciones de atender los pedidos de reposición de GLP de los clientes de Gas del Estado. El estupor y desconcierto que causó la noticia en los mandos de la FIC y de sus simpatizantes no tuvo límites. ¿Cómo había llegado el gas allí? ¿Cómo habían logrado enviarlo desde el continente y trasladarlo a la planta sin que nadie lo advirtiera? Nunca obtuvieron respuesta. Y, al menos en esa oportunidad, debieron reconocer que la voluntad de Gas del Estado por mantener el servicio a sus clientes isleños era muy superior a cualquier esfuerzo que interpusieran la FIC y sus aliados para obstaculizarlo”.
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La organización sindical del gas pos dictadura.
Absolutamente agotada, la dictadura militar comenzó a mostrar debilidades mientras el pueblo desarrollaba estrategias para combatirla en todos los frentes. La calle grita “Paredón, paredón a todos los milicos que vendieron la nación”. En estos primeros años de la década del 80 un sin números de actos y manifestaciones se dan lugar a lo largo y ancho del país. Se empieza a hablar del fin de la dictadura y un exacerbado general Galtieri manifiesta en Lima, Perú “Las urnas están bien guardadas” y le responde casi un desconocido “Vayan pasándole el plumero que se la vamos a llenar de votos” era Raúl Alfonsín que se abría paso en la Unión Cívica Radical (UCR) partido que había dado más de un funcionario y diplomático a la dictadura que retenía en su conducción las alas mas conservadoras de la centenaria organización política. El gobierno de facto se ve obligado después de la derrota militar a negociar, aunque lentamente, y entregar a los trabajadores la conducción de los gremios y estos asumen el compromiso de llamar a elecciones. Esas comisiones llamadas en su mayoría “Juntas normalizadoras” las integraban en su generalidad representantes de listas o agrupaciones sindicales preexistentes con algún tipo de representatividad. En Gas del Estado se produce un fenómeno que también se registra en otros organismos del estado nacional, provincial y/o municipal, el retorno a la actividad de muchos cesanteados y prescindidos. Tiempo antes, en la sede del sindicato capital (Entre Rios 1316) y a instancias de una Comisión Normalizadora comienzan a reunirse quienes habían sufrido la persecución de la dictadura para lograr la reincorporación, cosa que se fue logrando en un entorno de destrucción . La vuelta a las tareas no fue fácil para muchos. Caras nuevas, otros compañeros y compañeras, muchos ni sabían nada de ellos, ni siquiera que habían sufrido la mayor de las injusticias. Otros nunca más volvieron, por muchas razones que sería largo de enumerar, pero los reincorporados pronto volvieron en su mayoría a la militancia sindical. Hacia mediados de 1983 se crea la Comisión Normalizadora integrada por cuatro personas, representantes de listas con determinada representación gremial. Integrantes de la Comisión Normalizadora 1983 Miguel Angel “Coneja” Rodríguez, Secretario General - Lista Naranja; Ernesto Dovalo, Tesorero Lista Verde y Blanca; Humberto Deferrari, Vocal. Lista Naranja; José Vázquez, Vocal. Lista Marrón Como ya dijéramos, muchos de los integrantes de la Comisión de Cesantes y Prescindibles retornados a sus tareas fueron elegidos delegados y junto a ellos una nueva generación de jóvenes dirigentes sindicales comenzaron con la tarea de recorrer oficinas, talleres, depósitos, plantas de almacenamientos, con una campaña masiva de afiliación que por entonces todavía se llamaba Sindicato de Empleados de Gas del Estado. “Durante la resistencia la Lista Naranja, como última lista que condujo el sindicato, militó en la clandestinidad en todos los sectores de Gas del Estado. En abril de 1983 se realiza un plenario de delegados y activistas de la lista presidido por Juan Manuel Ruiz y Norberto Fernández y deciden suspender un plan de lucha y pedirle una reunión al Ministro de Obras y Servicios Públicas Conrado Bauer, para exponerle nuestra total oposición al proyecto de provincialización de la empresa y la pronta normalización del sindicato que estaba demorando el Ministerio de Trabajo. A mediados de ese año se normalizó el gremio y asumimos con la Comisión Normalizadora”. Miguel Angel “Coneja” Rodriguez, ex Comisión Normalizadora Debían organizarse las afiliaciones que la intervención militar se había encargado de hacer desaparecer. Reunir actas de asambleas, presentar nuevos estatutos y por último llamar a elecciones, exigir aumentos salariales dado que desde 1976 estaban suspendidas las paritarias. Aquellos días serán por siempre recordados por la loable tarea de interceder ante los interventores por la reincorporación inmediata de la mayor cantidad de trabajadores y trabajadoras posible, bregar constantemente por la libertad sindical y el total funcionamiento de las comisiones de delegados, restablecer vínculos entre los distintos sectores sindicales y por último llamar a elecciones que se llevaron a cabo el 28 de noviembre de 1984. “Me acuerdo que muchos compañeros se organizaban espontáneamente para pedir por la reincorporación de los cesanteados, entre ellos, la tarea de Oscar Mangone fue una de las primeras cosas que supe de él” Rubén Bassi ex dirigente Atrás quedaban ocho años y medio de persecuciones, cesantías por cuestiones políticas y sindicales, y una cantidad de compañeros y compañeras exiliados y otros detenidos desaparecidos. La lista ganadora fue la Celeste y Blanca que llevó a Rubén Califano y a Walter Méndez candidatos a Secretario General y adjunto respectivamente, acompañados en las secretarías por Liliana Fabiano, Ernesto Chávez, Juan J. Montemagno, Manuel Carrió, Victorio Gissara, Rubén Ruiz. En vocales y revisores de cuentas Viviana Mateovich, Ramón Sampedro y Antonio Prado entre otros. La unidad de la lista ganadora se establece entre sectores radicales y la izquierda encolumnada detrás del Partido Comunista. Segunda la Lista Naranja que llevó a Miguel Angel Rodriguez e Ismael Urquiza como Secretario General y adjunto respectivamente. Esta segunda lista representaba a sectores del peronismo pero ya no con las connotaciones de los 70.
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Los trabajadores del Gas vuelven a las urnas (1984-1992)
El 10 de diciembre de 1983 Raúl Alfonsín asumió la Presidencia de la Nación después de imponerse en las elecciones del 30 de octubre al binomio del Partido Justicialista Italo Luder - Deolindo Bittel. Si bien la democracia nació débil y poco prometedora, rápidamente se robusteció abocándose a la tarea del restablecimiento de las instituciones. Las constantes denuncias sobre violaciones a los derechos humanos durante la dictadura ocupaban la mayor parte de la atención de los argentinos. El 15 de diciembre de 1983 el presidente Alfonsín, haciendo uso de sus facultades como jefe del cuerpo de fiscales,​ sancionó el Decreto N.º 158/83 que ordenó someter a juicio sumario a nueve de los diez militares de las tres armas que integraron las Juntas. Con el juicio a las juntas de la dictadura se va saldando algo de las innumerables atrocidades que llegaban al conocimiento de los que hasta el momento dudaban de los hechos. Pero quedaba una tarea inmensa en la economía. Dejaban un país en ruinas y desde esas ruinas intentaría reconstruirse. El gobierno de Alfonsín además encaró el pago de la deuda externa que en 1976 era de 7 mil millones y en 1984 ascendía a 49 mil millones de dólares. El modelo de desmantelamiento productivo tuvo su correlato en las empresas del estado tal el caso de Gas del Estado, Segba, Entel, Ferrocarriles, YPF, etc. Cuando en 1992 se privatizaron las principales empresas de energía, muchos pensaron que todo se había gestado a partir de la presidencia de Menem, pero las ansias privatistas databan de mucho tiempo atrás, quizás había que remontarse a 1958, la época de Frondizi. Lo cierto es que a partir de 1977, la dictadura cívico-militar, en medio de una feroz represión, puso en marcha un plan que los medios de comunicación satélites y cómplices denominaron “privatización periférica”. Este mecanismo permitía otorgar mediante licitaciones acordadas a empresas nacionales lo que antiguamente era jurisdicción de las reparticiones estatales. Las beneficiadas fueron, entre otras, SADE (Pérez Companc), Bridas (Bulgheroni), Techint (Rocca), Pluspetro, Astra, Evangelista, McKee. La exploración, es decir, la parte más cara de la cadena de producción, quedaba en mano de las empresas del estado y los contratistas explotaban pozos existentes convirtiéndolos en un negocio por demás rentable y de escaso riesgo. En los contratos celebrados durante la dictadura quedaba claro que el precio que vendían sus productos era más caro que el obtenían las empresas del estado produciéndolas y distribuyéndolas ellas mismas. Cuando la dictadura tocaba su fin, las empresas obtuvieron una renegociación de los contratos a mediados de 1983 donde quedaron ampliamente favorecidas ante los nuevos vientos democráticos que fueron de vital condicionamiento para el gobierno surgido de las elecciones de octubre de ese año y que debió enfrentar, desde 1984, otros planes, negociaciones, nuevos contratos y adjudicaciones, siempre en exagerado beneficio para los contratistas. La carrera hacia la privatización pasó por varios estamentos como la provincialización. Con la vuelta de la democracia Saúl Ubaldini se convirtió en el principal referente y líder opositor al gobierno de Raúl Alfonsín. En febrero del ’84 organizó una marcha a la Plaza de los Dos Congresos para oponerse a la llamada Ley Mucci al frente de una poderosa CGT unida. El proyecto conocido como Ley de Reordenamiento Sindical, promovía la “democratización” de los sindicatos con la participación de un 25% de la conducción de las organizaciones sindicales para las minorías. Pocos días antes, Raúl Alfonsín al referirse a la clase trabajadora organizada no hizo referencia a su dura lucha contra la dictadura, ni a las víctimas dentro del campo de los trabajadores sino “Lo inmediato es combatir el empobrecimiento colectivo del sector asalariado. Para ello hay que restablecer la función del sindicato, asegurando que éste sea realmente representativo y vigoroso, con aptitud para una participación creciente en las decisiones básicas del mundo económico, a través de la concertación. Debemos cuestionar al sindicato único por actividad y custodiar la prohibición de incursionar en la política partidista. Promoveremos la democracia interna como pilares de nuestra política laboral. No hay democracia posible sin sindicatos fuertes, representativos y democráticos en su funcionamiento y constitución”. El proyecto de Ley que fue duramente cuestionado fijaba además el voto directo obligatorio y secreto y, según su artículo 41 no requería, por esa única vez, antigüedad en la actividad para ser candidato en todas las elecciones previstas, y determinaba la duración máxima del mandato en tres años, con una sola posibilidad de reelección inmediata. El 8 de noviembre de 1986, se normaliza la CGT tras una década de intervenciones y Ubaldini es elegido secretario general, cargo que desempeñará hasta 1990. El 23 de noviembre 1988 se llamó a elecciones. Gana la Lista Marrón y Azul para el período 1988 - 1992. Se presentaron 7 listas en un acto de mayor divergencia sindical. “Cuando pienso que en mi trabajo estaba haciendo algo por la Patria me emociono. ¿Sabés que pasa? Yo nací en el Sanatorio Güemes en el piso que Gas del Estado alquilaba para los agentes, me atendí toda la vida en la obra social, mis dos hijas nacieron en el Sanatorio Anchorena, me atendieron mis compañeras enfermeras y mis compañeras obstetras y cuando me despidieron de Metrogas yo no sabía lo que era pedir un turno en un hospital. Es decir que cuando a mi me despidieron me sacaron el trabajo, mi obra social, mi club, mis vacaciones, mi centro deportivo, mis amigos… El 28 de Diciembre de 1992 fue un día terrible ¡Fue algo muy doloroso!” Filomena Penacchio ex delegada Gas del Estado. FRENTE JULIO V. CANESSA LISTA MARRÓN Y AZUL Pablo Garcia Sec. Gral.; Augusto Balanzó Sec Adj; Horacio Atay Sec Adm y Actas; Carlos Constanzo Sec Tesorero; María Cristina Ramallo Sub Sec. Tesorera; Oscar Amor Sec de Organización y Gremial; Maria Cristina Rainieri Sec de Obra Social y Previsión; Carlos Speranza Sec. de Prensa, Cultura y Capacitación FRENTE VICTORIO GISSARA LISTA GRIS Rubén Ruiz Sec Gral.; Jorge Molina Gavazza Sec Adj.; Claudio Di Fiori Sec Administrativo: René Rodriguez Sec Tesorero; Dante Marasca Sub Tesorero Juan José Alvaréz Sec de Organización y Gremial; Eduardo Monferini Sec de Obra social y Preivisón; Hector Alvarellos; Sec de Prensa, Cultura y Capacitación LISTA SURGE COLOR VIOLETA Domingo Leopardo Sec Gral; Patricia Sasso Sec Adj.; Carlos Bonano Sec Admin Eduardo Sasso Sec Tesorero; Rafael Paliza Sub Sec Tesorero; Hugo López Sec de Organización y Gremial; Gustavo Frangi Sec de Obra Social y Previsión Raúl Ruiz; Sec de Prensa, Cultura y Capacitación LISTA NARANJA COLOR NARANJA Y PUNZÓ Orlando Pedrini Sec Gral.; Leoncio Pereira Sec Adj; Diana Sacchi Sec Admin.;Jorge Torrilla Sec Tesorero; Norberto Grecco Sub Sec Tesorero; José Espínola Sec Organización y Gremial; Juan Carlos Pitta Sec de Obra Social y Previsión Pedro Pisardi Sec de Prensa, Cultura y Capacitación LISTA CELESTE Y BLANCA Carlos Lovito Sec Gral; Ricardo Zapata Sec Adj.;Carlos Pastorini Sec Administrativo; Manuel Soarez Sec Tesorero Alfredo Ielpi Sub Sec Tesorero Pascual Grillo Sec de Organización y Gremial Fermín Aguirre Sec de Obra Social y Previsión Ricardo Musso Sec de Prensa, Cultura y Capacitación LISTA UNIDAD VERDE BLANCO Y NARANJA Adalberto Sánchez Sec Gral Oscar Aballay Sec Adj. Ismael Urquiza Sec Administrativo Antonio Prado Sec Tesorero Rubén Millares Sub Sec Tesorero Juan José Aguirre Sec de Organización y Gremial Oscar Astinza Sec. De Obra Social y Previsión Oscar Damis Sec de Prensa, Cultura y Capacitación LISTA INDEPENDENCIA Y 5 DE MARZO COLOR BLANCO Gabriel Yasky Sec Gral César Fecit Sec Adj. Mponica Reussi Sec Administrativo Ramón Sampedro Sec Tesorero Rubén Cervio Sub Sec Tesorero Miguel Angel Rodriguez Sec de Organización y Gremial Roberto Vergara Sec. De Obra Social y Previsión Ricardo Taddeo Sec de Prensa, Cultura y Capacitación La conducción del sindicato y la Federación se oponen desde comienzo a las privatizaciones, a pesar de que amplios sectores del gremio veían con buenos ojos el proceso privatizador y no se midió el verdadero alcance de esta medida. “Era duro escuchar a muchos compañeros decir en los lugares de trabajo “Tiene razón Bernardo Neustad: Cuando enciendo la hornalla no sale la bandera argentina, sale gas”” Jorge Bruno ex trabajador de G del E y militante El 17 de julio de 1989, a una semana de haber asumido la presidencia Carlos Menem, su ministro Roberto Dromi anunció en conferencia de prensa la situación en la que se encontraban las empresas estatales, entre ellas Gas del Estado con 410 millones de dólares de déficit. Con esta presentación se trataba de presionar a los legisladores nacionales a los efectos de que le den curso a la aprobación al proyecto de ley de la Reforma del Estado, cosa que sucedió un mes más tarde. En noviembre de ese mismo año el sindicato y la federación en una editorial firmada por Jorge Scalabrini Ortiz daba cuenta de la mentira de que las empresas fueran deficitarias. Bajo el título “Endeudar para privatizar” se da un extenso informe donde se puede apreciar la especulación y la falsedad de los datos esgrimidos por el recién asumido gobierno. De hecho, no sólo no eran deficitarias, si no que en el caso de Gas del Estado arrojó 227 millones de dólares de superávit, según un relevamiento realizado en agosto de 1989. Los contenidos de esa Reforma del Estado de Dromi no pasaron desapercibidos para los sindicatos. Una vez más y como había sucedido por décadas en el seno del movimiento obrero se produce un división. El 10 de octubre de 1989 en el Teatro San Martín de la Ciudad de Buenos Aires se reúne la CGT. En esa ocasión se debía elegir una nueva conducción, que contaría en adelante con una renovada legitimidad para fijar la política de la central frente al gobierno de Menem. En ese congreso se expone claramente dos posiciones: la de acompañar las políticas liberales y privatizadoras que conllevaba la inmediata renuncia de Saúl Ubaldini. Era un sector que estaba liderado por la Mesa de los 15 y una parte de las 62 Organizaciones sin el apoyo del emblemático Lorenzo Miguel de la UOM. Estos sectores confluyeron en la denominada “Mesa de Enlace Sindical”. En oposición a ellos, y en apoyo a la continuidad de Saúl Ubaldini al frente de la CGT, se hallaban el gremio de empleados estatales (ATE), los docentes (CTERA), otros gremios menores, y algunas delegaciones regionales como la CGT-San Lorenzo. El “ubaldinismo” contaba además con el apoyo “cauto” de la UOM liderada por Lorenzo Miguel, decidida por entonces a promover la continuidad de Ubaldini como secretario general, pero buscando consensuar y compartir el resto de los cargos de la confederación. La sesión inicial del congreso finalizó con una primera votación en la que la Mesa de Enlace Sindical se impuso sobre el ubaldinismo para la conformación de la comisión de poderes que tendría a cargo la elección de la conducción nacional de la CGT. El 11 de octubre, tras la votación desfavorable de la jornada previa, la mayoría de los sindicatos que apoyaban la candidatura de Ubaldini se retiraron del Congreso argumentando la existencia de irregularidades por parte de la comisión de poderes en la acreditación de congresistas alineados con ese dirigente. Pese a esto, el Congreso designó al frente de la CGT a Güerino Andreoni (mercantil), y a Raúl Amín (mecánicos) como secretario adjunto. Ubaldini definió la resolución como ilegal, y consideró que su mandato en la CGT ubicada en la calle Azopardo se extendía hasta el 7 de noviembre de 1990. Mientras tanto, el reconocimiento implícito de las autoridades surgidas del congreso por parte del ministro de trabajo Jorge Triaca, fortaleció la posición de la denominada CGT-San Martín, que de allí en adelante fue la interlocutora privilegiada del gobierno. Los sindicatos nucleados en la "CGT Azopardo" continuaron oponiéndose a las reformas en las que avanzaba el gobierno nacional, y especialmente a aquellas relacionadas con la privatización de empresas estatales. Pocos días antes y en claro apoyo al sector denominado CGT San Martín se expresaba el presidente Menem: “Hay un sindicalismo progresista y de avanzada que acompaña al gobierno [...] Hay [también] un sindicalismo que espera; que como en el póker, está orejeando las cartas. Este no es el momento de tibios: a los tibios los vomita Dios, como dice la Biblia [...] Hay otro sindicalismo que está todavía pensando en 1945 y que es uno de los más férreos oponentes a este gobierno. Ese sindicalismo no sirve para este país" (Clarín, 16-08-90). El Sec Gral del Sindicato de los Trabajadores de Gas del Estado, Pablo García había acompañado a Saúl Ubaldini desde comienzos de la década del 80. Junto a él fue preso en las históricas jornadas del 30 de marzo de 1982. Según los testimonios de la mayoría de sus contemporáneos aseguran que los unía no sólo una cuestión sindical y política sino una hermandad sin disimulos. Pablo García era ante el resto de los sindicatos un hombre de Saúl Ubaldini. A mediados de ese año el interventor de la empresa Miguel Marisa con la obra social también intervenida toma la decisión de privatizarla. Una espontanea movilización se produce en las puertas de las oficinas la calle Alsina. Pablo Garcia pide una urgente reunión con Marisa con el fin de poner en conocimiento que una asamblea del gremio había ya elegidos los compañeros que debían hacerse cargo de los estudios de factibilidad para que la obra social pueda seguir funcionando en manos de los trabajadores. En ciernes estaba la privatización de la empresa estatal y la postura anti privatizadora era mal vista por el gobierno y fundamentalmente por la CGT San Martín. Cuando se impone la discusión sobre el destino de las empresas estatales no se puede evitar que llegue a Gas del Estado. Se produce un acuerdo unánime de parte de la inmensa mayoría de los trabajadores y trabajadoras. En octubre de 1991 se cierra el registro para aquellos que quieran acogerse al retiro voluntario, lo hacen 2200 compañeros y compañeras pero la intervención no da respuestas. Las asambleas se llevan a cabo en todas las oficinas, talleres y depósitos de la empresa estatal. Como verdadera provocación, la intervención no hizo efectivo el pago por productividad que todos los 5 de enero abonaba a los empleados y obreros de Gas del Estado desde su creación en el primer gobierno peronista. Con este marco de conflictos Pablo García, recordando la siete listas que habían participado de las elecciones del 88 comprende que debía dar un paso al costado favoreciendo a la unidad de la Azul y Blanco y la Lista Marrón. La vez que estuvimos con Menem me animé a tomar la palabra y le dije que cometía un grave error con la privatización de Gas del Estado, que estaba vendiendo la nave insignia de las empresas del Estado, por su desempeño, su historia, su importancia estratégica. Le mostramos estadísticas, balances, de todo. Me miró y después de haberle dicho todo lo que le dije sólo escuché un: “se privatiza igual” Cacho Constanzo ex dirigente Así la Lista Azul y Blanca gana las elecciones con la fórmula Ricardo Taddeo Sec. Gral. y Oscar Mangone Sec. Adjunto. El otrora rival se convierte con su gesto en la motivación de la unidad, no obstante, se presentan tres listas a las discutidas elecciones del 27 de noviembre de 1991. La Azul y Blanco que resultara la ganadora, la Lista Gris segunda y los integrantes de la Lista Amarilla y Blanca encabezada por Horacio Atay decidieron bajar su candidatura antes de los comicios. El motivo de la baja tiene distintas versiones. Los compañeros bregaban por la votación en los lugares de trabajo. En este sentido se reunieron con el ministro Carlos Corach sin éxito. La mañana de los comicios el candidato a Sec Gral Horacio Atay se presenta con un abogado y levantó la lista. FRENTE DE UNIDAD SINDICAL LISTA AZUL Y BLANCO Ricardo Taddeo Sec Gral Oscar Mangone Sec Adj Oscar Cosma Sec de Administracion Oscar Zago Sec Tesorero María Cristina Ramallo Sub Sec Tesorera Miguel Lettieri Sec de organización y Gremial Ruben Millares Sec de Obra Social y Previsión Francisco Santángelo Sec de Prensa, Cultura y Capacitación FRENTE VICTORIO GISSARA LISTA GRIS Rubén Ruiz Sec Gral. Jorge Molina Gavazza Sec Adj. Claudio Di Fiori Sec Administrativo René Rodriguez Sec Tesorero Juan José Alvaréz Sub Sec Tesorero Pedro García Sec de Organización y Gremial Hector Alvarellos Sec de Obra social y Previsión Silvia Barrientos Sec de Prensa, Cultura y Capacitación El 26 de marzo de 1992 se debatió la privatización de la empresa estatal en la Cámara de Diputados de la Nación. El 28 de diciembre de ese año se convirtió en ley, dividiéndose Gas del Estado en 10 sociedades privadas con mayoría de capitales extranjeros. La empresa entró en un período residual hasta ser finalmente liquidada en 1997. En 1992, la Ley 24076 dispuso la privatización del Gas del Estado y fijó el marco regulatorio para la actividad de transporte y distribución de gas natural. Estos servicios fueron transferidos de Gas del Estado al sector privado y adquiridos por diez nuevas compañías: dos de transporte troncal y ocho de distribución que fueron nueve desde 1997. Distribuidora Gas Natural BAN S.A.Distribuidora de Gas Cuyana S.A. Distribuidora de Gas del Centro S.A. Distribuidora Camuzzi Gas Pampeana S.A. Distribuidora Gas del Litoral S.A. Distribuidora Gasnor S.A. Distribuidora Camuzzi Gas del Sur S.A. Distribuidora Metrogas S.A. Transportadora Gas del Norte S.A. Transportadora Gas del Sur S.A. Con la privatización de Gas del Estado, la regulación tarifaria fue fijada en dólares y se ajustadas por indicadores que incluían índices de precios de Estados Unidos. El diario Perfil en un nota del 27 de febrero de 2020 recuerda: Juan Abraham Kenan, asesor de Julio Samid fue quien durante la sesión del 26 de marzo de 1992 ayudó al Partido Justicialista a lograr el quórum —que en ese entonces se obtenía con 130 diputados— y votó en general a mano alzada. Kenan, de 72 años, fue visto desde el palco de periodistas, y se dieron cuenta que no era un legislador. Al salir del recinto, un periodista de Clarín le consultó si era diputado: él respondió que no, y argumentó que se había sentado en una banca porque estaba descompuesto. "No, no soy diputado, pero estaba sentado en una banca porque soy un hipertenso que sufre una afección neurológica crónica y tengo un tajo de 14 centímetros por una operación y me sentí mal", dijo en ese momento. Se impulsó una comisión parlamentaria para investigar lo sucedido y la Unión Cívica Radical presentó una denuncia, pero la Cámara de Diputados no sancionó al legislador Samid. Dos años después, a fines de 1994, la Justicia lo condenó a él y a su asesor a meses de prisión en suspenso. “Nosotros hicimos todo lo posible para que no se privatizara. Se presentó en diputados un proyecto alternativo a la privatización que lo había hecho el gremio, no recuerdo si junto a la Federación también. Lo que pasa es que no nos daban bola. Recuerdo que algunos compañeros habían ido a ver al grupo de los ocho, los que se habían separado del bloque menemista. Habíamos hecho muchas gestiones para que no nos privaticen. Pero fue inevitable. Teníamos la sociedad en contra también. Concientizaron a la gente sobre que las empresas eran deficitarias, que nosotros éramos unos vagos y que en manos privadas iba a estar mejor” Filomena Pennacchio ex delegada “Muchos compañeros cayeron en profundos pozos depresivos. Ingenieros formados en la empresa le dejaron los escritorios vacios, sin nada, con un teléfono y nada más. Se pasaban las horas de trabajo sin hacer nada, le sacaban información y traían a su gente. Nunca me voy a olvidar del ordenanza de Isabel La Católica, tomó coraje y se suicidó después de haber trabajado 30 años en la empresa. Otro muchacho desesperado porque no le daban trabajo y podía quedar cesante se arrojó desde la terraza del mismo edificio y murió” Jorge Bruno Ex Trabajador y militante “Nunca voy a olvidar lo que sufrieron mis compañeros. Los catalanes cuando se hicieron cargo de una parte de la empresa fueron muy soberbios y despiadados. Humillaban a la gente, los trasladaban de un lugar a otro sin motivos y si tenías antecedentes en la lucha sindical pasabas a ser directamente enemigo de los nuevos dueños. Nosotros, los padres de mis compañeros, los fundadores de una de las empresas estatales más importante de la historia argentina tuvimos que ver como la remataron por unos pocos pesos. Quedaron rotos para siempre miles de sueños de los que hicimos a Gas del Estado lo que fue, nuestra familia. Nunca se los voy a perdonar, nunca”. María Cristina Rainieri Ex dirigente La nueva conducción comenzó una lucha de casi tres décadas. Hubo que analizar la nueva realidad y actuar en consecuencia. Creció a lo largo de los años la figura de Oscar Mangone quien junto al resto debió recuperar para los trabajadores una Obra Social quebrantada y el edificio de Boedo 90. La lucha también pasó por los Programas de Propiedad Participada en beneficios de los ex trabajadores de Gas del Estado. Mas adelante en el tiempo hubo que darle marco convencional a las denominadas “empresas tercerizadas”. Los directivos de las empresas que se hicieron cargo del servicio, no eran los funcionarios de la empresa estatal que en mayor o en menor medida ponían por delante los intereses nacionales en materia de energía. Primó el lucro privado sobre los intereses nacionales. La lucha sindical se abrió como abanico y comenzaron a lidiar los intereses de los trabajadores con estas empresas que cambiaron el campo de las relaciones de trabajo.
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PROGRAMA DE PROPIEDAD PARTICIPADA
El 18 de agosto de 1989 al promulgarse la ley 23696 conocida como “Ley de Reforma del Estado” se declaran “sujeta a privatización”, una cantidad de empresas que pertenecían total o parcialmente al Estado Nacional. Una de ellas fue Gas del Estado. Queda así el camino allanado para su privatización, se cierra así una parte de la historia de las empresas que, por varias décadas, habían pertenecido al pueblo argentino a través de su organización estatal. El 9 de junio de 1992 se promulgó la ley 24076 de privatización de la empresa estatal Gas del Estado con la aprobación de ambas cámaras del Congreso de la Nación. En el Capítulo III de esa ley se crea el PROGRAMA DE PROPIEDAD PARTICIPADA. CAPITULO III DEL PROGRAMA DE PROPIEDAD PARTICIPADA ART. 21.- El capital accionario de las empresas, sociedades, establecimientos o haciendas productivas declaradas "sujeta a privatización", podrá ser adquirido en todo o en parte a través de un "Programa de Propiedad Participada" según lo establecido en los artículos siguientes. ART. 22.- SUJETOS ADQUIRENTES Podrán ser sujetos adquirentes en un Programa de Propiedad Participada los enumerados a continuación: a) Los empleados del ente a privatizar de todas las jerarquías que tengan relación de dependencia. No podrá ser sujeto adquirente el personal eventual, ni el contratado, ni los funcionarios y asesores designados en representación del Gobierno o sus dependencias. ART. 23.- ESTRUCTURA Y REGIMEN JURIDICO El ente a privatizar según el Programa de Propiedad Participada deberá estar organizado bajo la forma de Sociedad Anónima. En caso de ser necesario, el Poder Ejecutivo Nacional hará uso de facultades que le otorga esta ley para el cumplimiento de este requisito. ART. 24.- El capital de la Sociedad Anónima estará representado por acciones, todas con derecho a voto según las condiciones de su emisión. En caso de ser necesario, se podrán emitir acciones totalmente nuevas en reemplazo de las existentes, haciendo uso de las facultades que otorga esta ley. ART. 25.- Cuando en un Programa de Propiedad Participada concurran adquirentes de distintas clases, sea entre los enumerados en el artículo 16 de esta ley, sea con inversores privados, todas las acciones serán del mismo tipo para todas las clases de adquirentes. ART. 26.- A través del Programa de Propiedad Participada, cada adquirente participa individualmente en la propiedad del ente a privatizar. La proporción accionaria que le corresponderá a cada uno, será determinada en relación directa al coeficiente matemático definido en el artículo siguiente. La proporción accionaria deberá mantenerse aún en los futuros aumentos de capital. ART. 27.- La Autoridad de Aplicación elaborará un coeficiente de participación para cada clase de adquirente, adecuado a cada proceso de privatización, de acuerdo con lo establecido en este artículo. a) Para el caso de los empleados adquirentes el coeficiente deberá ser representativo de la antigüedad, las cargas de familia, el nivel jerárquico o categoría el ingreso total anual del último año, actualizado. b) Para el caso de los usuarios adquirentes, el coeficiente deberá ser representativo del valor actualizado de la producción del último año. Para el caso de productores adquirentes individuales, el coeficiente será también representativo de las cargas de familia. Para el caso de que el productor adquirente sea una empresa, el coeficiente será también representativo del total de salarios pagados durante el último año, actualizado. c) Para el caso de los productores-adquirentes, el coeficiente deberá ser representativo de las cargas de familia. Para el caso de que el productor-adquirente sea una empresa, el coeficiente será también representativo del total de salarios pagados durante el último año, actualizado. En resumen, en el artículo 21 se estableció que el capital accionario de las empresas y/o sociedades "sujeta a privatización", podrá ser adquirido en todo o en parte a través de un "Programa de Propiedad Participada". En el artículo 22 inciso “a” aclara que podrán ser adquirentes de acciones clase “C” los empleados del ente a privatizar de todas las jerarquías que tuvieran relación de dependencia al momento de la privatización. No pudiendo ser sujeto adquirente el personal eventual, ni el contratado, ni los funcionarios y asesores designados en representación del Gobierno o sus dependencias. La empresa estatal Gas del Estado se dividió en diez sociedades privadas con mayoría de capitales extranjeros, ocho de Distribución y dos de Transporte por Gasoductos. La empresa estatal entró en un período residual hasta ser finalmente liquidada en 1997. La nueva ley dispuso el marco regulatorio para la actividad de transporte y distribución de gas natural. Estos servicios fueron transferidos de Gas del Estado al sector privado y adquiridos por la nuevas compañías: dos de transporte troncal y ocho de distribución sumando a nueve desde 1997. Con la privatización de Gas del Estado, la regulación tarifaria fue fijada en dólares y se ajustaron por indicadores que incluían índices de precios de Estados Unidos. También se establecieron los porcentajes accionarios que accederían los trabajadores. En el cuadro de abajo se puede observar dicho porcentaje que recibiría cada trabajador inscripto. “El Ente a privatizar debe estar organizado como sociedad anónima. Cada adquirente participa individualmente en la propiedad de las acciones. La proporción accionaria fijada inicialmente en el cuadro de arriba para el programa de propiedad participada debe ser mantenida en el tiempo. La distribución de acciones para cada adquirente deberá ser representativa de la antigüedad, las cargas de familia, la categoría y el ingreso total anual del último año, actualizado; según un coeficiente que elabora en cada privatización el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación, con la intervención de la autoridad de aplicación. Los instrumentos jurídicos básicos que se deben celebrar a los efectos de instrumentar el Programa de Propiedad Participada, según las exigencias de la Ley 23.696 y normativa complementaria, que son tres: a) Acuerdo General de Transferencia: En él consta el negocio principal, es decir, la venta del porcentaje accionario asignado al Programa, por parte del Estado, y las compras de dichas acciones por los empleados adheridos; se establece el precio de venta, el plazo y forma de pago; se fija la constitución de prenda sobre las acciones vendidas, como garantía de cobro del precio de las acciones; y se regula el régimen de intransferibilidad de las acciones a favor de terceros que no reúnan la calidad de empleado de la empresa. Además, dentro de su texto, deberá constar la creación y funcionamiento del Fondo de Garantía y Recompra. b) Contrato de Fideicomiso: Mientras las acciones no se encuentren totalmente pagas, se deben depositar en un Banco Fideicomisario. EI fideicomiso es un negocio de confianza por el cual, quien vende o financia la compra de acciones del PPP protege su interés (que le sea pagado el precio pactado) depositando las acciones en el Banco Fideicomisario, y éste a su vez, emite y entrega certificados de custodia por la cantidad de acciones que le hayan correspondido a cada empleado. Una vez pagadas totalmente las acciones, el Banco emite a favor de sus empleados, certificados definitivos de titularidad accionaria. El Banco Fideicomisario administra el Fondo de Garantía y Recompra. c) Convenio de Sindicación de Acciones: En él se fijan las reglas que rigen las reuniones y decisiones de las Asambleas de Empleados adquirentes sindicados, así como también las condiciones de ejercicio de los derechos políticos que se desprenden de las acciones correspondientes al Programa. A través del pacto de sindicación de acciones se busca la constitución de una alianza más o menos permanente de un grupo de accionistas, con el objeto de lograr la permanencia de ese grupo y de aunar la fuerza de sus votos en un mismo sentido. Se trata entonces, de un contrato entre accionistas relativo al ejercicio del derecho a voto (votan todos los accionistas sindicados conforme lo decide la mayoría de ellos) o a la trasmisión de las acciones (venderlas dentro del grupo o entre quienes estén en condiciones de integrarlos, impidiendo así que pasen a manos de terceros o de otros accionistas). Sólo es válido para los que firman y no pueden participar de él quienes no son invitados a hacerlo” Dra. HILDA ZARATE Profesora Adjunta de Derecho Comercial I Cátedra «B» Facultad de Derecho de la UNNE Distribuidora de gas Metropolitana (Metrogas) Mediante Resolución Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos N° 874 del 20 de julio de 1992, se aprobó el Pliego de Bases y Condiciones de la Licitación Pública para la venta, entre otros, del 70% del paquete accionario de Distribuidora de Gas Metropolitana S.A. El Decreto N° 2.459/92 del 21 de diciembre de 1992 otorgó a Distribuidora de Gas Metropolitana S.A. la licencia, por un plazo de 35 años, para la prestación del servicio público de distribución de gas natural en la Capital Federal, zonas sur y este del Río Matanza. El área otorgada en concesión abarcaría una zona geográfica de 2.150 km2 en la que vivían en 1992, 6.100.000 habitantes (19% de la población total de la población de entonces). El área de servicio desde aquel momento comprende los territorios de la Capital Federal y los partidos de Lanús, Avellaneda, Lomas de Zamora, Quilmes, Almirante Brown, Berazategui, Florencia Varela, San Vicente y Esteban Echeverría. Esto implicó que el 70% del paquete accionario de la citada sociedad quedara integrado por un 51% de la clase A y un 19% de acciones de la clase B, al consorcio integrado por British Gas Cia. Naviera Pérez Companc S.A.C.F.I.M.F.A; Astra Compañía Argentina de Petróleo e Invertrad. S.A. Determinando acciones de clase “A” a los propietarios de la empresa, acciones clase “B” a las que cotizan en bolsa y acciones clase “C” a las pertenecientes a los trabajadores que repartirían, en su porcentaje, los dividendos de la empresa si los hubiera, para los fines de pagar las acciones que se encontraban sindicadas. La celebración del Contrato de Transferencia entre el Estado Nacional y el consorcio adjudicatario se llevó a cabo el 28 de diciembre de 1992, fecha en la cual se produjo la toma de posesión de los activos afectados al servicio. El 3 de febrero de 1993 se celebró la Asamblea Extraordinaria de Distribuidora de Gas Metropolitana S.A. que resolvió cambiar la denominación de la sociedad por "MetroGas" S.A. La inscripción de la modificación del artículo pertinente de los estatutos, como así también del aumento del capital social de $ 12.000 a $ 388.224.635 que resolviera la Asamblea Extraordinaria de la Sociedad celebrada el 28 de diciembre de 1992. Se efectuó en la Inspección General de Justicia el 19 de abril de 1993, bajo el número 3030, del Libro 112, del Tomo A de Sociedades Anónimas. El capital social de MetroGas que ascendía a $ 388.224,635 y se dividió en 388.227.635 acciones ordinarias, escriturales, de un peso valor cada una y con derecho a un voto por acción, de las cuales 197.994.564 (51%) son acciones de Clase A, 151.407.608 (39%) son acciones Clase B y 38.822.463 (10%) son acciones Clase C. En un posterior revalúo patrimonial, la empresa pasa de un capital de 275 millones de dólares a 380 millones de dólares pasando las acciones clase “C” de 38,8 millones de acciones a 52 millones de acciones irrevocables. Gas Argentino S.A. sociedad inversora cuyos socios son las empresas que resultaron adjudicatarias de la licitación pública antes mencionada, (con excepción de Invertrad S.A. que con fecha 20 de enero de 1993 transfiera sus acciones a Argentina Prívate. Development Trust Company Limited es titular del 51% de acciones de la clase A y 19% de acciones de la clase B. El Estado Nacional posee el 20% de las acciones de la Clase B, que serán ofrecidas en oferta pública durante 1994 y el 10% de la Clase C que se destinó a los trabajadores del Programa de Propiedad Participada (PPP). En el marco del Programa de Propiedad Participada los empleados de la compañía celebraron el 28 de agosto de 1993 una asamblea de accionistas en la cual designaron un director titular Oscar Papa y un director suplente Hector Grancelli para que los represente en el Directorio de MetroGas. Los directores electos fueron incorporados a la sociedad por resolución de la Asamblea Ordinaria celebrada el 14 de diciembre de 1993 pero esta Fernando Lorences y Hector Grancelli como director y director suplente respectivamente. Mediante el Decreto N° 265/94, publicado en el Boletín Oficial el 22 de febrero de 1994, el Poder Ejecutivo adjudicó las acciones Clase C de MetroGas, como así también de otras empresas privatizadas, a los empleados adherentes al Programa de Propiedad Participada y designó al Banco de la Nacion Argentina como Banco Fideicomisario según lo dispuesto por la Resolución N° 1162 del 6 de octubre de 1993 y ratificado por los empleados adherentes en las asambleas respectivas y por nominados los integrantes de los Directorios y Comités Ejecutivos de cada uno de los respectivos programas, correspondientes a cada una de las sociedades incluidas en el decreto. El 17 de junio de 2010 el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Planificación Federal informó que la intervención de la empresa se debió a que no cumplió "con sus obligaciones financieras" y "a los efectos de garantizar la normal prestación del servicio público” y decidió intervenirla luego de que la empresa llamara a convocatoria de acreedores por no poder hacer frente a un vencimiento de deuda por 20 millones de dólares.​ YPF decidió comprar la compañía. El 19 de abril del 2013, el ENARGAS (Ente Nacional Regulador del Gas), aprobó la compra por parte de YPF de las acciones restantes de la compañía, tomando control de Metrogas el 6 de mayo. OSCAR ABALLAY Las acciones de aporte irrevocables, fueron adjudicadas a todos los accionistas del PPP. Fueron acciones pagas, porque cuando se privatizó la empresa se dijo: cuesta 345 millones de dólares. Cuando se hizo el revalúo de los activos de la compañía se comprobó que la empresa valía 450 millones de dólares, con lo cual esa proporcionalidad de acciones se las amortizó, directamente quedaron pagas, entonces de buenas a primera en un año, en 1994, nosotros pasamos a tener el 16% del PPP. Eso no fue producto del dividendo sino fue el incremento de acciones irrevocables. Es decir, fueron acciones producto del revalúo. PABLO BLANCO Durante mucho tiempo la empresa Metrogas controló no sólo el directorio sino también el PPP. El representante obrero era Nestor Grancelli, hombre de Domingo Cavallo. A medida que pasaba el tiempo hubo una imperiosa necesidad de vender las acciones porque el PPP se iba desnaturalizando. En 1997 Metrogas deja de repartir dividendos. En el 1999 la Britichs a cargo de la empresa pide un préstamo que licua y diversifica todas sus deudas de Brasil y Uruguay con 600 millones de dólares. Metrogas fue la única empresa que no dio dividendos y eso derivó finalmente que termine en manos del Estado Nacional. Nosotros, como sindicato, en esa época no participábamos activamente, pero si la APJ Asociación del Personal Jerárquico. Van a una asamblea solos y pierden contra la propuesta de la empresa de que continue Grancelli. El tema eran los votos por correo. Los candidatos de la APJ ganaron en el lugar de votación y perdían cuando llegaban los votos por correo supervisados por el escribano Marcovecchio, se hacía imposible de controlar. OSCAR ABALLAY Para la asamblea próxima, Oscar Mangone se reúne con Rubén Ruiz, en representación de APJ y Stigas respectivamente. Acordamos participar en las elecciones apoyando el candidato Jorge DePino. Nosotros vamos a elecciones en el año 2003. Previo acuerdo en el café Tortoni, (Ruiz, Blanco, Camaratta, De Pino y Aballay) en junio de ese año. La empresa no quería que el sindicato estuviera al frente, entonces se hizo una comisión del PPP con gente independiente y cuadros de terceras líneas, muchos delegados. Ahí asumimos Pablo Blanco como presidente de la PPP y yo como tesorero. Las asambleas no se hicieron más con votos por correo y se logró que fueran presenciales. Fue un acierto. PABLO BLANCO Cuando nosotros ganamos la conducción del PPP uno de los cambios que produjimos fue que los desvinculados podían participar con vos y voto en las asambleas. Todas las decisiones que se tomaban los incluía como un activo. Amparados en una directiva del comité anterior no los dejaban ni entrar a las asambleas. Ese fue el primer gran triunfo y nos ganamos la confianza de muchísima gente. OSCAR ABALLAY Casi desde 1997 la empresa no estaba dando dividendos, por eso el PPP no se hacia viable. Además el fondo de recompra y reserva se nutría del 10% de los dividendos y si no había reservas no se podían comprar las acciones de los que se jubilaban o echaban y quedaban como acreedores del programa. Motivo de estas circunstancias, digo, por despidos o fallecimientos el fondo tenia mayor cantidad de gente esperando que les compren las acciones. En 2009 había en espera 30 personas y en 2010 eran 300. Además estaban las acciones de los 400 accionistas que no podían amortizar. En 2015 había 390 accionistas activos y 430 desvinculados a los que había que recomprarle las acciones y no había dinero. Si hubiésemos permanecido así en el tiempo el PPP hubiese tenía solo acreedores. PABLO BLANCO Renglón aparte, quiero recordar cuando las famosas AFJP que desde el gobierno de Carlos Menem administraban los aportes jubilatorios, pusieron acciones en muchas empresas, entre ellas las privatizadas. En 2008, y ante la crisis internacional, el gobierno de Cristina Fernández estatiza las AFJP. Se vuelve al sistema de reparto para todos los trabajadores asalariados. Los aportes tanto de los trabajadores como de los empresarios los comienza a administrar nuevamente la ANSES. El entonces Ministro Julio D Vido acuerda con los sindicatos que la representación en el directorio de aquellas empresas que se hacia cargo con las acciones de las AFJP, ahora en manos del estado nacional iba a ser representado por delegados de los sindicatos afines. Entonces, en una reunión, Oscar Mangone acuerda en reunión del consejo directivo que los directores que debian concurrir en nombre del estado a Metrogas fuera el doctor Ernesto Leguizamón y Rubén Bassi de Naturgy como representantes del sindicato. Ese fue un logro de gran trascendencia. PABLO BLANCO Como venia la mano, nos llevaba a que en algún momento todos por cuestiones del paso del tiempo, íbamos a ser desvinculados. Entonces las acciones de esos compañeros pasan al costar a valor libro es decir, esa acción se saca del capital activo de la empresa dividido la cantidad de acciones de la compañía. Y por lo tanto no costaban mas de 0.50. Venía cualquiera y te las compraba por menos de eso. En diciembre 2015 ycuando habían fracasado las negociaciones con empresas tale como el Banco Macro de Brito, llegamos a un acuerdo de venta con José Luis Manzano.. Las negociaciones fueron arduas. Primero propusieron que los desvinculados cobraran 0.30 la acción y nosotros nos pusimos firmes y le dijimos que todos cobrarían no menos de $1 y eso se logró. Distribuidora de gas del Norte (Gas Ban) “La Sociedad licenciataria Gas Natural BAN, S.A. (originariamente Distribuidora de Gas Buenos Aires Norte S.A.) fue constituida el 24 de noviembre de 1992, como consecuencia de las Leyes Nos. 23696 y 24076 y el Decreto N° 1189/92.  GAS NATURAL BAN, S.A. recibió la Licencia para prestar el servicio público de distribución de gas natural en la zona norte de la Provincia de Buenos Aires, el día 28 de diciembre de 1992, operando a partir de las cero horas del día siguiente, con un plazo de duración de 35 años y prorrogables por 10 años más.  Comprende los siguientes partidos de la provincia de Buenos Aires: Belén de Escobar, Campana, Capitán Sarmiento, Carmen de Areco, Exaltación de la Cruz, General Las Heras, General Rodríguez, General San Martín, Hurlingham, Ituzaingó, José C. Paz, La Matanza, Luján, Malvinas Argentinas, Marcos Paz, Mercedes, Merlo, Moreno, Morón, Pilar, San Andrés de Giles, San Antonio de Areco, San Fernando, San Isidro, San Miguel, Suipacha, Tigre, Tres de Febrero, Vicente López y Zárate.  La toma de posesión se produjo el 29 de diciembre de 1992, momento en que se iniciaron efectivamente las operaciones. Su área de servicio. De unos 15.000 Km. comprende 30 partidos de la Provincia de Buenos Aires, ubicados al norte y oeste de la Capital Federal, abarcando una de las zonas más densamente pobladas del país, que incluye también importantes parques industriales.” Publicación Naturgy BAN A fines de marzo de 1994 se realiza la primera asamblea de activos con la presencia de 200 accionistas. La presidencia del comité ejecutivo queda a cargo de Carlos Spinelli, cargo que ocupará hasta 1998 año que se cierre el programa por la venta de todas las acciones. La vicepresidencia quedó a cargo de Jorge Ruiz y Jorge Sayanes el secretario de actas. Como director obrero se eligió a Alberto Barreiro. En 1995 se modificó la comisión ampliándose los cargos de vocales con Cristina Ranieri y Jorge Oviedo respectivamente y asumiendo María de Murato como directora obrera. “A diferencia de lo que venía sucediendo en Metrogas, la empresa liquidaba las ganancias que servían para ir cubriendo las acciones sindicadas. No obstante, siempre nosotros rechazábamos los balances que se presentaban año a año por considerarlo, después de estudiarlo, que estaban dibujados y que las ganancias eran superiores a las declaradas. Había muchos gastos superfluos, inexistentes que encubrían evasiones y fugas de ganancias que bajaban el valor de la acción. Lo cierto era que nuestra voz en disconformidad era la única, dado que los representantes de las acciones de Estado Argentino representadas por funcionarios del gobierno de entonces lo aprobaban junto a los representantes de la empresa” Carlos Spinelli
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Las Empresas Contratistas de las Privatizadas
Cuando las empresas más arriba mencionadas se hicieron cargo de la administración, distribución y transporte del gas, tercerizaron algunas funciones que otrora cumpliera la empresa Gas del Estado. Estas tareas eran: Reparación de escapes, rehabilitaciones de servicios, cortes por fallas del servicio o por falta de pago. Reconversiones de presión, gestiones comerciales e inspecciones de redes, entre otras. A partir de 1993 decenas de empresas se hicieron cargo de estas tareas, entre ellas podemos mencionar a: INARTECO, CODELCO, CASESA, COSUGAS, mas adelante RADIOTRONICA, RASELO, ROWING, EULEN, EMA. Las relaciones laborales que se establecieron con los trabajadores del sector fueron según lo establecía el convenio de dos sindicatos, el de Comercio y el la UOCRA respectivamente. Mas adelante también se incorporan en el convenio del sindicato de Camioneros. A poco de andar la mayoría de los trabajadores encargados de las tareas propias de la industria del gas fueron dándose cuenta que pertenecían a ella. “Nosotros hacíamos trabajos de gasistas. En la fosa. Primero como ayudante y luego como oficial, en mi caso. Nos pagaban bajo el convenio de la UOCRA. Los días de lluvia no cobrábamos. El 50% del sueldo era en negro. Yo hablaba con los compañeros para que saliéramos de esa condición, pero la empresa en arreglo con los delegados del sindicato UOCRA no querían saber nada. Un día me vine hasta Boedo 90 y pedí hablar con Pablo Blanco y Gabriel Yasky. Era allá por el 2010, creo. Recuerdo que estaba ocupado pero me atendió Pablo después de esperarlo un rato largo y le conté todo. Ahí empezó otra historia” Alcides Fernández “Mi trabajo comenzó en una empresa que se llamaba Radiotrónica. Pasábamos de una empresa a otra según se obtenían las licitaciones por los servicios que prestábamos a las privatizadas como Gas Ban o Metrogas. La precariedad era muy grande. No éramos ni albañiles de la UOCRA ni empelados de comercio. Nosotros nos sentíamos trabajadores del gas” Mariano Scuzarello Muchas de esas empresas “tercerizadas” como siempre se las conoció, fueron satélites de las concesionarias tanto de Metrogas como de Gas Ban, Fenosa Ban, Naturgy etc. Tal el caso de la empresa EULEN cuyo presidente era también el presidente de la Cámara de Comercio Argentina Española. “Recuerdo a un alto directivo de una de esas empresas tercerizadas que nos decía: Si tú tienes una cadena de hoteles y tu mujer una empresa de lavado de sábanas. ¿A quién tú crees que le encargaría el servicio de lavado?” Alejandro Lukezic La mayoría de los obreros y empleados llegaron a estas empresas con los saberes y aprendizajes que habían obtenido muchos en Gas del Estado con la promesa de que allí iban a ganar más dinero que en las empresas concesionarias. Lo cierto fue que no tenían los respaldos sindicales a los que estaban acostumbrados. Mucho personal nuevo fue, como anticipamos más arriba, regidos por convenios de sindicatos como UOCRA y COMERCIO y más tarde CAMIONEROS. Al ser empresas que en su mayoría no tenían más de cien empleados se hacía difícil y ardua la tarea el aglutinamiento de todo ese personal. La lucha se planteó a largo plazo. Los compañeros dirigentes fueron a buscarlos como los trabajadores del sector también se acercaron a la sede de Boedo. Los sindicatos antes mencionados pusieron trabas al pase por las incumbencias profesionales que en este caso comprendía al STIGas. Destacamos algunos hechos relevantes dignos de ser preservados en la memoria. El primero el de los trabajadores de EMA del barrio de Parque Patricios de la avenida Chiclana al 3200. En agosto de 2009 unos 130 trabajadores pertenecientes por mitades al sindicato de Camioneros y Comercio comenzaron las gestiones para pasarse a los convenios regidos por STIGas. Los trabajadores que pertenecían a camioneros pasan a Urbano, empresa de correos. El resto del personal se queda en EMA bajo convenio del STIGas. En los acuerdos llevados a cabo por Oscar Mangone y Hugo Moyano como referentes máximos de las organizaciones y Pablo Blanco con Hector “Yoyo” Maldonado del sindicato de camioneros fueron los que llevaron adelante del acuerdo tripartito. Otra fue la huelga que llevaron adelante los trabajadores de las contratistas de Fenosa BAN desde el 16 de mayo al 3 de julio de 2014 con más de 45 días de inactividad, sin goce de sueldo y un panorama que no se presentaba para nada alentador. El sitio elegido para hacerse ver fue la sede San Martín frente al gasómetro de General Paz y avenida de los Constituyentes. Los obreros en conflicto, agotadas todas las tratativas, exigían el pase a planta de las contratistas a Fenosa. En su mayoría pertenecían a Radiotrónica. El sece fue total impidiendo la entrada y salida de vehículos. Según relata Mariano Scusarello. “No teníamos la solidaridad de los empleados de Fenosa Naturgy Ban. Nos miraban desde arriba sin pensar que estábamos desesperados, con tres quincenas sin cobrar y sin llevar nada a nuestros hogares” Fenosa Naturgy presionaba a las tercerizadas para que solucionen el conflicto. Los huelguistas tuvieron distintos encuentros sindicales, entre ellos, Rubén Ruiz de la APJ y con Pablo Blanco quienes se acercaron al lugar del conflicto. Como resultado final del conflicto, con la intervención de los sindicatos involucrados, con la férrea participación de los trabajadores y trabajadoras se logró pasar la incumbencia profesional de la UOCRA a STIGas. Según reza en una planilla de sueldo que nos acercara uno de los obreros en conflicto resulta que el sueldo neto cobrado bajo convenio UOCRA el 5 de junio de 2014 fue de $ 3.139. Con el pase a STIGas se obtiene un sueldo de $ 9.775 con todos los beneficios que le otorga los convenios vigentes del nuevo sindicato, es decir: Planta permanente, horarios por trabajo riesgoso, obra social de calidad y bonificaciones. Al finalizar el conflicto me acerque al sindicato con 80 boletas de afiliación firmadas por los compañeros. Al tiempo se realizó la primera elección de delegados supervisados por la conducción del gremio. Ahí fui elegido delegado por la mayoría de mis compañeros. Mariano Scuzarello Cabe también mencionar a los trabajadores de COSUGAS, Tanto de la planta Beiro con de Bernal. El conflicto se cierne sobre las incumbencias profesionales. Sesenta empleados que hacían tareas específicas de la industria del gas pertenecían a la UOCRA con el consiguiente desfasaje salarial. La lucha comienza a mediados de 2010 cuando un grupo de compañeros se acerca al STIGas y piden la afiliación. Tarea que no resultó sencilla por el empecinamiento de la UOCRA. El empresario y uno de los dueños de la firma Carlos Fran mantenía diálogos tanto con un sindicato como con otro, a los efectos de solucionar el conflicto. Los trabajadores encontraron en la secretaría gremial de STIGas fundamentalmente de Pablo Blanco el apoyo necesario y la contención porque la situación muchas veces se complicó hasta la violencia de parte de la conducción de UOCRA.
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Pablo Blanco destaca la historia de dos compañeros
“Gabriel Yasky fue un militante político de la izquierda peronista cercano a la que fuera la Lista Naranja. En la lista unidad de los 90, Taddeo – Mangone, ocupa la secretaria gremial, y desde ahí comienza un fructífero encuentro con Oscar Mangone. Es parte de un proceso transformador; porque cuando se produce la privatización de Gas del Estado, quedan dos miradas expuestas: Una encabezada por Taddeo, y otra por Mangone. La primera una postura condescendiente, negociadora, de no conflicto. La otra todo lo contrario, por eso el encuentro entre Gabriel y Oscar. Lo primero que encaran es la reforma de los CCT heredados de Gas del Estado con mucho plus y menos salario que debían ser acomodados a las nuevas condiciones por tratarse de empresas privadas. En 1993 se firman los nuevos convenios. Se pasa de convenios nacionales a convenios por empresa. Dejamos de ser el Sindicato de Trabajadores de Gas del Estado para convertirnos en este STIGas. Gabriel tiene una participación protagónica. Las nuevas empresas implementan una mano dura para con los obreros y empleados heredados de la antigua empresa estatal. Se producen cesantías de personal y fundamentalmente de delegados. La tarea de Gabriel consistió en reincorporar a muchos y restablecer el funcionamiento sindical con nuevos delegados. En esas elecciones de nuevos delegados Gabriel las comanda desde un rol protagónico. A la secretaría gremial le da un perfil de discusión sin pausas con las empresas siempre bajo el amparo de Oscar. En un momento Mangone decide, en una de las elecciones, dejar la secretaria general y Gabriel es elegido secretario general. Oscar siendo su adjunto y pasa a la Federación. Por otro lado Rodolfo Corti, un histórico alineado a la conducción expresa la línea de confrontación con las empresas. Desde este punto de vista, no lo vamos a poner debajo de la alfombra, Corti tiene una gran diferencia con el secretario general Taddeo y se lo hace saber luego de algunos incidentes que no lo dejan bien parado a Taddeo. La presión ante las evidencias y la contundente decisión encabezada por Corti, Taddeo renuncia. A partir de ahí Rodolfo impone una impronta que es muy valorada por los compañeros donde además de los temas de la secretaria gremial presta atención a los descalabros de la Obra Social que había quedado muy deteriorada y casi al borde de la quiebra en el proceso privatizador. Esta etapa, comandada estratégicamente por Mangone tiene con el tiempo un resultado positivo valorado por el gremio en su conjunto para tener los servicios sociales que hoy gozamos. Volviendo a Corti debe ir y ordenar la Obra Social en Córdoba y lo hace con valentía y orden. En Buenos Aires, cuando la Obra Social deja de percibir el dinero que aportaron las empresas en el interregno de gestión estatal a privada es cuando por iniciativa de Mangone asumimos nuestra responsabilidad para con el conjunto quedando totalmente a cargo nuestra. Rodolfo tiene un rol fundamental en el rearmado, junto a Oscar, de los nuevos prestadores de servicios de salud. Por entonces Ernesto Dovalo, a cargo de la Tesorería de la obra social comienza a tener diferencias de todo tipo porque era un hombre alineado con el proyecto Cara Pintada del coronel Seineldín muy desprestigiado por su participación en alzamientos contra la democracia a fines de los 80 y comienzos de los 90. En esa cuestión Corti juega un papel valorable en favor del conjunto y se suma a la reconstrucción de manera apreciable. Uno desde la Secretaria General y otro desde la Gremial amalgaman una política sindical que se ve truncada primero por el repentino suceso de una grave enfermedad de Gabriel que se lo lleva en menos de un año. Rodolfo Corti, luego de sufrir perdidas personales, también fallece en el 2022. No sería ni hubiese llegado a donde llegue sin el ejemplo de entre otros tantos de estos compañeros. Valga entonces este sencillo reconocimiento y reconocimiento de mi parte” 2020 – 2024 El Secretario General Pablo Blanco destaca la labor de los trabajadores y trabajadoras del gremio durante la pandemia de 2020. Los trabajos se comprendían dentro de las tareas imprescindibles, por lo que las guardias y la atención al publico se siguió ejerciendo con total normalidad. Eran tiempos inciertos y difíciles. No existían vacunas y los fallecidos por COVID iban día a día en aumento. Sin embargo, salvo el personal con antecedentes de salud previos, no se registraron pedidos de excepción para realizar las tareas de suministro, escape y todo lo concerniente al trabajo en la vía pública. La Comisión Directiva con sus secretarios a la cabeza acompañaron de cerca los acontecimientos. Se supervisaron las listas de quienes estaban más expuestos cuando hubo vacunas disponibles y se siguieron los protocolos celosamente, cosa que el personal fuese especialmente protegido cuando la vida y la salud no estaban aseguradas. Otro acontecimiento que destaca Blanco fue el acuerdo de la CGT con el gobierno de Alberto Fernández denominado Casa Propia Con Sindicatos- Procrear II. A Stigas le correspondieron 3 propiedades para ser sorteadas entre los trabajadores y trabajadoras del sindicato bajo el siguiente comunicado el 11 de Junio 2021 bajo el título “Programa Casa Propia” “Informamos con enorme agrado a nuestras afiliadas y afiliados que en el marco del Programa “Procrear II - Cogestión CGT” impulsado por el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación, la CGT le ha asignado a nuestro gremio tres viviendas ubicadas en Ciudad Evita, Ezeiza y Estación Buenos Aires. cronograma del programa fecha de inicio 14 junio 2021 8 hs fecha de cierre 23 junio 2021 18 hs. fecha de presentación de lista de participantes 25 de junio. fecha del sorteo 29 junio 2021 16 hs, ante escribano publico por zoom Los requisitos mínimos para poder acceder a una de estas propiedades son: No haber sido beneficiada/o con planes de vivienda en los últimos 10 años. Al momento de la inscripción, las y los integrantes del grupo familiar no pueden ser titulares de ninguna vivienda o terreno. Contar con DNI, LC o LE vigente de todos los integrantes de la solicitud (no se admitirán constancias de documento en trámite). El solicitante deberá tener nacionalidad argentina o extranjera con residencia permanente, y tener entre 18 y 64 años. Se podrán sumar los ingresos del titular y cónyuge o pareja conviviente. A excepto de las y los solteros, el solicitante deberá acreditar el estado civil declarado presentando documentación pertinente que permita acreditar el vínculo y la convivencia (certificado de convivencia emitido por Registro Civil, partida de nacimiento de hijos en común). No podrán acceder quienes registren antecedentes desfavorables en el sistema financiero en los últimos 9 meses. El solicitante deberá tener una antigüedad laboral mínima de 12 meses e ingresos demostrables habituales y permanentes. Los ganadores fueron: Juan Matías Acuña, Eric Alcón y Aldana Alonso.
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